Una experiencia de vida. La fundadora y coordinadora general de la organización juvenil Ainbo, Lazos de Libertad, cuenta aquí su vida y su trabajo al frente de un colectivo que busca aportar a la construcción de un ambiente más justo e igual para las mujeres mediante talleres de emprendimiento, escuelas de liderazgos, colectas y diagnósticos sociales.
Por: Lya La Torre
Portada: Facebook Ainbo
Hace dos años, Allisson participó en un concurso de iniciativas juveniles organizado por la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS) de la PUCP. No estaba sola. Era un grupo de cinco alumnos que tenía altas expectativas en ganar este concurso. Allisson, en especial, estaba muy ilusionada porque era una oportunidad para iniciar un proyecto que tenía en mente desde tiempo atrás. Pero no todo en la vida va como uno desea: su iniciativa no quedó entre las elegidas. A pesar del desencanto inicial, no perdió el entusiasmo y decidió llevar adelante sus sueños.
Así nació Ainbo, Lazos de Libertad, una organización juvenil que busca el desarrollo de las autonomías de las mujeres adolescentes y jóvenes mediante la intervención en diferentes espacios, como la PUCP, los colegios secundarios y también los albergues. Con diferentes iniciativas, como talleres de capacitación en emprendimiento y liderazgo, y dinámicas para crear espacios de reflexión, además de diagnósticos situacionales, Ainbo ha beneficiado a más de 150 jóvenes.
Ainbo significa “mujer” en la lengua nativa shipibo-konibo. Allisson aclara que la pronunciación de la palabra no es como se lee, sino que se dice Aibo. El agregado Lazos de Libertad, tiene un significado importante. La organización busca que entre las mujeres se creen cadenas y relaciones para que en grupo alcancen la autonomía necesaria.
Las personas que velan por cumplir ese objetivo son en su mayoría estudiantes de la comunidad PUCP. Guillermo, Tania, Sandra, Alondra, Jesús, Alejandra, Leila, Sócrates, Claudia, son los nombres de algunos de los y las miembros de Ainbo. Fueron cinco los fundadores y ahora son más de veinte entre miembros y voluntarias de diferentes carreras, como Antropología, Gestión, Psicología.
Ainbo crea espacios de reflexión y acción para el desarrollo de las autonomías de mujeres jóvenes. Para Allisson, la coordinadora, cuando se habla del empoderamiento femenino a menudo se cae en un concepto abstracto. “Si es que realmente se quiere hacer cambios, se tiene que partir de cosas concretas y medibles”, afirma. Por eso su objetivo se centra en la autonomía. Es decir, en la capacidad de las personas de tomar decisiones sobre sus vidas libremente. Son tres tipos de autonomía: la física, la política y la económica.
En 2020, a pesar de las dificultades del confinamiento provocado por la crisis sanitaria, crearon la Escuela de lideresas Koshi Ainbobo, dirigida a las alumnas de la Facultad de Estudios Generales Letras. Koshi Ainbobo, que al igual que Ainbo son palabras del shipibo-konibo, significan “mujeres fuertes”. El objetivo era formar y fortalecer capacidades para la acción y liderazgo de las jóvenes de la comunidad PUCP. Hubo sesiones dedicadas a tratar temáticas sociales, desde un enfoque de género, como la violencia, los derechos sexuales y reproductivos, la brecha salarial, la desigualdad, los emprendimientos y los proyectos sociales como parte de la solución.
Dice Allisson que esta era una oportunidad de conocer mejor la situación de las jóvenes de su universidad y contribuir al desarrollo de sus autonomías, en especial la física y la política. La primera se refiere a la importancia del respeto a los derechos reproductivos y el acceso a una educación sexual integral. La segunda promueve la presencia y participación de las mujeres en la toma de decisiones con absoluta libertad, no solo en el ámbito político, también en sus vidas cotidianas. Durante el desarrollo de la escuela, Allisson pudo ver el crecimiento de las participantes y el valor que ellas empezaban a darle a sus autonomías al momento de decidir. Se sintió satisfecha con los resultados. Las chicas comenzaron a aplicar lo aprendido en su día a día, en especial las diez estudiantes que decidieron unirse a la agrupación y ahora son las “hermanas mayores” y guías en la segunda edición de esta escuela de lideresas.
Otro proyecto realizado por Ainbo fue Libres y emprendedoras. Este se enfocó en las madres adolescentes del Centro de Acogida Residencial Vidas, más conocido como CAR Vidas, en San Miguel. Allisson explica que esta iniciativa tenía como objetivo contribuir al desarrollo de la autonomía económica, que es la capacidad de las mujeres de generar ingresos propios a partir de una remuneración y división del trabajo justa. Ainbo ofreció talleres de capacitación para que estas jóvenes desarrollen un emprendimiento propio.
Libres y emprendedoras comenzó a principios de 2020, antes del confinamiento provocado por la pandemia. Allisson refiere que fue un cambio drástico que no permitió el debido acompañamiento a las madres adolescentes. Ahora recuerda con afecto a algunas de las chicas del albergue. Alicia era una de ellas. Nunca supo su edad, pero dice que era muy joven, baja de estatura y estaba embarazada. Cuando Ainbo intervino por primera vez en el albergue, Alicia era extremadamente tímida, no hablaba y apenas podía mirar al resto. Pasó un tiempo y en marzo, antes de la cuarentena, la coordinadora fue a ver el progreso de las chicas en su emprendimiento. Ahí se encontró con una nueva Alicia, mucho más abierta, desenvuelta y conversadora. La vio activa y colaboradora en las actividades del taller.
Así como Alicia, las demás madres adolescentes recibieron no solo información sino también el estímulo necesario para aprender y aplicar lo aprendido en sus experiencias personales. Una idea que surgió en estos talleres fue diseñar libretas personalizadas y hacerlas a mano. El proyecto sigue en pie, solo falta mejorar detalles de los productos finales para ponerlos a la venta.
Ainbo, Lazos de Libertad también ha realizado trabajos de campo e investigaciones coordinados y apoyados por Allisson. En 2019, hicieron un diagnóstico que buscaba identificar los proyectos de vida y las relaciones de género y sexualidad de los alumnos de cuarto año de secundaria del colegio El Calvo, en Pucusana. Fue allí donde ella se propone trabajar tanto con alumnas como alumnos para analizar las singularidades de cada grupo. En este trabajo descubrieron un grupo de chicos desorientados en temas de género y de sexualidad.
Su experiencia con los chicos fue muy grata y divertida. Su acercamiento a los chicos buscó entablar confianza con ellos y al lograr ese clima las bromas entre ellos y Allisson eran de ida y vuelta. Recuerda cada una de sus caritas y de sus ocurrencias, pero sobre todo recuerda el espacio de confianza que se construyeron, espacios en los cuales muchos se abrieron y expresaron sus dudas y miedos sobre su sexualidad. Se dio cuenta de que a veces los adolescentes dicen cosas que no necesariamente buscan ofender, sino que repiten actitudes y prejuicios y tienden a normalizarlos.
La coordinadora de Ainbo comprobó que no podían desarrollar un proyecto solo para ellas. “Cuando estábamos trabajando con el colegio, con la idea de hacer actividades solo para las chicas, nos preguntamos: ¿Y qué íbamos a hacer con los chicos? ¿Mandarlos a jugar pelota? Nooo. Comprendimos que era necesario realizar un programa para ellos en el cual se entienda su lugar dentro de la lucha por la igualdad”, explica Allisson.
El comienzo de Ainbo está marcado por un evento desafortunado, pero, así como a veces se pierde, siempre habrá un tiempo para las victorias. El jueves 22 de abril del 2021, la Oficina de Iniciativas Estudiantiles y Género (OIE+G) de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAES) de la PUCP anunció a las organizaciones ganadoras del Concurso de Iniciativas Estudiantiles de Bienestar Universitario (CINES Bienestar). Entre los ganadores figura el proyecto de Ainbo titulado “Diagnóstico de las percepciones de masculinidad en los estudiantes varones de primer y último ciclo de la Facultad de Estudios Generales Letras”. Este proyecto, explica Allisson, es importante porque busca conocer el lugar de los hombres en la lucha por la igualdad y quiere evidenciar una realidad no muy tratada en el entorno universitario.
¿Quién es Allisson Reynel?
Allisson es una joven de 23 años que en diciembre culminará el último ciclo de la carrera de Gestión y Alta Dirección con mención en Gestión Pública en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es la fundadora y coordinadora general de Ainbo, Lazos de Libertad. También forma parte del Grupo de Investigación de Diversidad PUCP. Cuenta con experiencia en investigación y en responsabilidad social universitaria.
Su historia en la universidad es singular. Ingresó a la PUCP para estudiar Economía y luego solicitó su traslado a Gestión. Tomó esa decisión luego de su experiencia académica en Estudios Generales Letras. Fue allí donde investigó y profundizó sus conocimientos sobre temáticas sociales. En las aulas de Letras se dio cuenta de que estudiar Economía no iba de la mano con su vocación de trabajar por el cambio. La carrera de Gestión le brindó “las herramientas para poder hacer cosas, para ser protagonistas del cambio y que sus ideas no se queden en el aire”.
Allison se define como una mujer empática, perseverante, comprometida, una mujer que siempre busca el cambio. Por eso, desde que ingresó a la universidad y antes de comenzar con Ainbo, participó en una serie de proyectos e iniciativas sociales como el Innovation Challenge o la ONG Techo, en la cual fue pasante. Esa última vivencia fue para ella como un encuentro con la realidad peruana, un descubrimiento de la pobreza tan extendida por el país. De esos momentos, ella recuerda que aprendió mucho sobre cómo involucrarse en una problemática para hallar una solución o cómo hacer trabajos de logística con la población a la que se proyecta ayudar.
La experiencia y los logros de Allisson antes de la formación de Ainbo son muy valiosos, en especial uno de ellos: ser finalista del Hult Prize Regionals. En 2018, Hult Prize, competencia internacional de emprendimientos entre estudiantes universitarios, recién llegaba a Perú y se asoció con la PUCP. Ella y un grupo de chicas decidieron postularse y presentar una propuesta. No ganaron, pero llegaron a la final de la competencia regional y eso le valió para viajar a Quito, Ecuador. Allisson concluye que mucho de lo aprendido le ha servido para confirmar que el camino que ha escogido es el que realmente le gustaría seguir por el resto de su vida.