Alonso Pahuacho: Todas las sociedades necesitan un héroe y el Perú ha elegido a Paolo Guerrero

Pese a su juventud, Alonso Pahuacho es un académico prolífico: ha publicado 13 ensayos y 2 investigaciones. Esta semana presentó su primer libro: “Fútbol, cultura y sociedad. Ensayos críticos sobre deporte peruano”. Este volumen retrata y analiza los momentos más importantes en la historia del fútbol local.

Por: Edith Rodríguez
Portada: Edith Rodríguez


Alonso Pahuacho es egresado de la especialidad de Periodismo de la PUCP y obtuvo el grado de magíster en Estudios Culturales en 2014 con una tesis sobre la construcción discursiva de Paolo Guerrero como héroe nacional. Dos años más tarde, en 2016, ganó el premio de apoyo a la investigación PADET, y el siguiente año obtuvo la beca Generación de Diálogo Chile-Perú Perú-Chile. Alonso, además, integra el colectivo de académicos dedicado a investigar la relación entre deporte, cultura y sociedad. Este colectivo ha sido seleccionado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) para formar parte de un grupo de trabajo de dicha institución en el periodo 2016-2019. Actualmente, Alonso es docente del Departamento Académico de Humanidades de la PUCP y está culminando un Doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona sobre la rivalidad futbolística entre Perú y Chile. En el contexto de la presentación de su primer libro, conversamos con el autor sobre algunos puntos resaltantes de su obra y la percepción que tiene del periodismo deportivo actual.

¿Cómo surgió la idea de publicar este libro?

Muchos profesores y amigos me recomendaron reunir una serie de ensayos que yo ya venía publicando desde hace seis años. Como investigadores nosotros nos vemos en la necesidad de publicar en revistas científicas, pero eso nos restringe a un público determinado. A mí lo que me interesaba era que cualquier lector, ya sea un estudiante de periodismo o cualquier aficionado al deporte, pudiera tener acceso a lo que escribo.  Así fue como decidí suprimir ciertas partes del libro y quedarme con los artículos más interesantes. Se ha eliminado la parte metodológica, por ejemplo, para que la gente no se enrede, y se han pulido ciertas cosas para presentar un libro que esté bien estructurado. Esto no es algo que sea poco común entre los académicos. Al contrario, es frecuente que en todos los campos se publiquen una serie de artículos, se compilen y luego se publiquen en un solo libro. Yo particularmente tuve esta idea a raíz de una conversación con un amigo chileno hace un par de años. Él hizo justamente esto con el futbol de su país. Ahí es cuando yo me pregunté: “¿Por qué no emular esa idea en el contexto peruano?”.

-En el libro mencionas que te gustaría eliminar ciertos estigmas que se tiene sobre los periodistas deportivos, o el periodismo deportivo en general. ¿Cuál es el principal estereotipo a eliminar según tu criterio?

-Por ejemplo la creencia de que cualquiera puede hacer periodismo deportivo. No puede ser que una persona que guste del fútbol y por saber algo del tema, tenga lista una tribuna para sentarse detrás de un micro o frente a una cámara. Ser periodista o comunicador requiere otro tipo de preparación. Nosotros estudiamos, nos informamos, y requerimos aprender ciertos conocimientos para transmitirlos al público. Yo más que todo lo que pondero es que el periodismo deportivo necesita, además de las herramientas técnicas propias del deporte, las herramientas de otras ciencias como las ciencias sociales, las humanidades, etc. Es que el fútbol y el deporte en general sirven como una ventana a través de la cual es posible ver o representar muchos problemas sociales del Perú actual, por ejemplo, el racismo, la discriminación, los estereotipos, etc.

-En la televisión local, sin embargo, tenemos personajes que cubren eventos deportivos y no son periodistas ni profesionales del deporte. ¿Eso no se contrapone a tu idea de querer borrar el estigma de que cualquiera puede hacer periodismo deportivo?

-Es cierto que esas situaciones muchas veces generan desazón por parte del público. Pero si uno se pone a verlo por un lado más técnico, esos personajes no están haciendo un trabajo periodístico en sí. Ellos no están haciendo un trabajo informativo, procesando datos, contrastando fuentes, ni están redactando. Este tipo de personajes mediáticos, que no tienen nada que ver con el deporte, son colocados en eventos deportivos para cumplir una suerte de trabajo de presentador; por ejemplo, en las famosas “previas” donde hablan con los hinchas fuera del estadio. Son colocados por su gancho mediático, y están vinculados al tema del entretenimiento; por eso, yo no los satanizo. Ya de ahí que pasen a temas que son de periodismo duro, como reportear a ras de cancha el partido o entrevistar a los jugadores, ahí sí pondría un ojo crítico.

-¿Cómo ves el desarrollo de la prensa deportiva nacional?

-A partir de la clasificación al mundial se han creado más canales deportivos como ESPN o Fox Sports. La oferta ha aumentado, y corresponde a la demanda. Demanda siempre ha habido y se refleja en la gran cantidad de periódicos deportivos que tenemos. El Perú es un caso típico porque hay cuatro diarios especializados. En Brasil y Argentina solo hay uno, y cero en Chile. Como digo, ha crecido la oferta y está bien que haya competencia, eso invita a que se profesionalice de una determinada forma. Pero sí es cierto que ha habido excesos. Por ejemplo, en Fox Sports a veces invitaban a salseras o cantantes de cumbia con ropa diminuta. Eso no estaría mal en sí, pero no entiendo qué tiene que ver eso con el periodismo deportivo.

-¿Qué es lo que más criticarías del ejercicio periodístico deportivo?

-Como en todos lados hay periodistas buenos y periodistas malos, periodistas que contrastan información y otros que no lo hacen. Para mí esa es una de las grandes cosas por mejorar en el periodismo deportivo. A nosotros acá en la Facultad nos enseñan que en el periodismo tenemos que contrastar fuentes. Sin embargo, lo que yo noto en los medios deportivos peruanos es que hay mucho facilismo en soltar información. Todo por dar la primicia. Por ejemplo, hace poquito el señor Gonzalo Núñez, que está en Exitosa, soltó en el Twitter que Carlos Zambrano se perdía la Copa América por un desgarro. Al día siguiente dijeron que no era así, que solo había tenido un pequeño golpe. Nosotros sabemos que esas cuestiones se tienen que contrastar al menos con dos fuentes. Yo creo que ni siquiera contrastan con una. Me parece extraño que al menos en el periodismo deportivo eso de la constatación no se cumpla, o no lo tomen tanto en cuenta como en otros tipos de periodismo donde es regla sagrada. Lo que pasa es que hay otra dinámica en el periodismo deportivo, allí se gana mucho por la primicia.

-Hay una figura muy fuerte en tu libro que es el “héroe nacional”. Ahora es Paolo Guerrero, pero si no existiera él, ¿te parece que la prensa elegiría a otro futbolista para que cumpla ese rol? 

-Sí, seguro. Todas las sociedades necesitan un héroe dónde plasmar sus anhelos, sus fantasías y sus frustraciones. Si tú me preguntas quien podría ser si no fuera Paolo, pues sería Farfán. Una suerte de héroe imperfecto, por sus tropiezos y escándalos.  Necesitan un héroe que siempre toman como modelo. Pero la figura de Paolo sigue vigente, incluso con todo lo que ha sufrido por el tema del doping. Parece como si hubiera resurgido después de las cenizas, y encima ha resurgido como goleador. Yo identifiqué en mi investigación que él simboliza la valentía y el sacrificio. Pero a ello se ha sumado otro factor que es el amor materno, esa figura muy fuerte de la mamá de Paolo. Quizá también se puede añadir la idea de Paolo como una suerte de conquistador, por haber estado con mujeres muy bellas. Tiene dinero, es exitoso en la vida y en el amor. Él tiene todas las características que lo hacen convertirse en ídolo.

-Háblanos un poco del papel de la hinchada.

-Yo me preguntaba antes, en la época de las derrotas, por qué la hinchada seguía a la selección si siempre perdíamos. Incluso hacía una metáfora con el mito de Sísifo, este personaje que había sido condenado a subir una montaña empujando una roca. Cuando llegaba a la cima de la montaña, la roca se le caía y tenía que volver a subir a la cima, y así eternamente. Ese era más o menos el camino de la selección. Quizá a veces estábamos cerca de clasificar pero perdíamos un partido, y nunca lo lográbamos. Lo que yo propongo, no es una idea súper novedosa, es que el fútbol en el Perú está funcionando como uno de los vehículos que hace posible construir esta idea de unidad e identidad nacional. Ahora, a raíz de la clasificación al mundial, se ha generado este sentimiento de pertenencia y orgullo. Pero siempre hay que recordar que no todo es perfecto. Al terminar los noventa minutos siguen los problemas en el Congreso, y sigue la corrupción. En el deporte en general no hay políticas públicas. En el fútbol descentralizado local siguen los problemas en segunda división, casi no se juega el torneo local, hay problemas en las canchas, etc. Prácticamente la selección es como una isla. Hay que mirar más allá de ella y ver todo el problema. En vísperas de los Panamericanos espero que todo esto sirva para poner atención al deporte en general, no solo al fútbol.