Ballroom: El refugio de la comunidad LGBTIQ+

Brillos, luces y energía a tope. Diseños extravagantes, maquillaje impecable y vestidos que merecen pertenecer a marcas de alta costura. Esto y más es lo que se puede ver cuándo empieza un ball, un ambiente en el que la comunidad LGBTIQ+ puede expresarse libremente, lejos de la discriminación y homofobia que prolifera en las calles de Lima. La comunidad Ballroom en el Perú es relativamente nueva, tiene poco más de un año según la fecha de creación que se puede ver en su página oficial de Instagram: @ballroom.pe. Sin embargo, cada día crece más y logra llegar a más personas, convirtiéndose así en la red de apoyo que necesitan. Esta es su historia.

Por: Camila Julón
Portada: @Ballroom.pe
Participantes del evento “Halloween Kiki Ball”.


Luis Vizcarra Cornejo (27), conocido como Calloway Brava en la escena Ballroom, tiene un trabajo estable como Jefe de Prácticas de la Facultad de Artes Escénicas de la PUCP, mientras explora y ayuda a establecer este espacio ideal para la comunidad LGBTIQ+ en el Perú. Su primer acercamiento a esta subcultura fue en Madrid, hace un año, cuando estudiaba una maestría y conoció el Ballroom sin sospechar el rol trascendental que más tarde tendría en su vida. 

Luis Vizcarra o Calloway Brava en la Heladería Kiki Ball. FOTO: @house_of_brava.

El Ballroom nació en los años sesenta en las calles de Nueva York. Por entonces, las ball solían reunir a personas de la comunidad LGBT en espacios secretos, pues las actividades realizadas en estos eventos eran consideradas ilegales en los Estados Unidos. 

Los primeros años del Ballroom en Nueva York. FOTO: Exposé Online

Creado principalmente por afroamericanos, afrolatinos y latinos, el ballroom empezó a ganar notoriedad con el paso del tiempo. Casi 20 años después, en 1991, apareció el primer documental centrado en la cultura ballroom, llamado “Paris Is Burning”. Esta cinta de una hora y once minutos explora los diferentes elementos que conforman estos eventos; además, aborda problemas que los miembros de esta comunidad deben enfrentar a diario, como la pobreza y el racismo.  Recientemente, Netflix subió la célebre serie “POSE” que, a lo largo de cuatro temporadas ambientadas en la década de los años ochenta, se sumerge en la cultura ballroom.

¿Qué es el ballroom?

El Ballroom es un espacio seguro para la comunidad LGBTIQ+. Cuenta con estructuras jerárquicas y comparte un arte que, en el mundo exterior, es desdeñado y repudiado. También se le suele denominar “escena”, ya que se trata de un ambiente en el que se desarrolla actividades artísticas y en el cual personajes destacados dejaron su huella en la historia del movimiento.

Durante los años setenta, en Nueva York, muchas personas LGBTIQ+ eran rechazadas por sus familias y obligadas a vivir en las calles. Esta situación de indigencia, sumada a la aparición de la epidemia del VIH que azotaba a los Estados Unidos a principios de los ochenta, devino en un ambiente extremadamente peligroso. Algunos, en un intento de sobrevivir, recurrieron a la prostitución. Fue en este contexto que se crearon ‘las casas’. Dirigidas por un ‘padre’ o ‘madre’, estas acogían a todos los miembros de la comunidad que se encontraban en situaciones desesperadas. Allí se les brindaba un techo bajo el cual dormir y la posibilidad de formar nuevos lazos familiares que reemplazaran los cercenados por su familia biológica. Así es como la mayoría terminó adoptando el nombre de la casa a la que pertenecían como el apellido de su persona artística. 

Trofeos para las distintas categorías en el Infinity Gems Kiki Ball. FOTO: Camila Julón.

Al mismo tiempo, el ballroom también fue concebido como una competencia. Los participantes concursaban en diversas categorías que podían variar en función del evento (“ball”) y de lo que se buscaba representar. Categorías como Realness se crearon en los ochenta. Esta consiste en que las personas que modelan deben “pasar” como heterosexuales o, en el caso de los transexuales, como mujeres y hombres cisgénero (individuo que se identifica con el género que le fue asignado socialmente). Realness es una categoría que representa la injusticia con la que eran y siguen siendo tratadas estas minorías. Por ejemplo, representan a hombres negros gay vistiendo como ejecutivos – pues la sola idea era inconcebible para muchos debido a su color de piel y orientación sexual – y a mujeres trans retocándose lo más femeninas posibles para verse como mujeres cisgénero y evitar ser acorraladas o, incluso, asesinadas en la calle. 

Infinity Gems Ball, Categoría Realness. FOTO: Camila Julón
Infinity Gems Ball, Cateogoría Realness. FOTO: Camila Julón.

Las ball en el Perú cuentan con una amplia variedad de temáticas y categorías. En diciembre del 2021, la House of Brava (Casa de Brava) organizó Happy Hollidays Kiki Ball con una temática navideña, en la que todas las categorías estaban vinculadas a esta festividad. 

Cabe destacar que el 24 de junio de este año, la embajada de Estados Unidos en el Perú organizó el Pride in Peru Ball, evento en el que varias de las categorías consistían en implementar colores de la bandera peruana en sus vestimentas, atuendos típicos o, incluso, disfrazarse del ave nacional, el gallito de las rocas. Esta última Ball tuvo como jueces a miembros de una de las casas fundadoras del Ballroom en Estados Unidos, la House of Xtravaganza. 

Pride in Peru Ball, Categoría Bazzaar. FOTO: Camila Julón. 
Pride in Peru Bal, categoría Best Dressed. VIDEO: Camila Julón

Vogue

Con el paso del tiempo y el aumento de la rivalidad entre casas, se inauguró un espacio en el que se podían resolver las diferencias existentes en la comunidad. Fue así como nació el vogue. Según el documental “Paris Is Burning”, este baile empezó a escenificarse entre personas que no se llevaban bien, y era una forma de enfrentarse sin llegar a las peleas físicas. Vogue es también una de las razones por las que las ball empiezan a aparecer en la cultura mainstream. Con el lanzamiento de la canción de Madonna, Vogue (1990), y la aparición en el videomusical de varios voguers de la comunidad como bailarines, la escena ballroom salió de las sombras en las que había crecido. 

En la actualidad, existen diversas categorías de Vogue en los ball: Virgin Vogue, Baby Vogue, Vogue Fem, Non binarie vogue, Butch Queen Vogue, Old Way y New Way.

Pride in Peru Ball. FOTO: Camila Julón
Mother Barbie Brava y Princess Jade Shipiba enfrentándose en el Pride in Peru Ball. VIDEO: Camila Julón 

House of Brava

La casa de Brava, fundada por Nia Zambrano, es una de las familias que, al día de hoy,  cuenta con el mayor número de integrantes en el Perú. 

Luis se unió a la casa hace menos de un año, pero siente que es como su segundo hogar. “Es un lugar en el que me siento cómodo, contento. Me gusta salir a las balls y que me chanteen (coreen) B – R – A – V – A. Más que eso, es saber que al final del día van a estar ahí, sea cual sea el resultado; ahí para escucharme si tuve un mal día, y creo que eso es muy valioso”, declara.

Cada casa tiene una barra que las anima cuando uno de sus integrantes compite en una categoría. Naturalmente, como en toda competencia, a veces se gana y a veces se pierde. Luis sabe que tiene una familia en la cual puede confiar, que lo apoyará, y que siempre estará para él, aunque no esté en un evento y simplemente quieran desahogarse luego de un día abrumador. 

Este sentimiento de hermandad y comunión fue creciendo gracias a los cinco eventos que se llevaron a cabo en junio pasado. En especial, entre el 23 y el 25 de junio, en el marco de la Marcha por el Orgullo. Durante estas fechas, Luis se dio cuenta de que, dado los altos índices de atención mediática que el colectivo ha recibido en los últimos años, estas presentaciones se han vuelto una oportunidad de trabajo. Recuerda, en específico, que este año los contrataron por primera vez para presentarse en una discoteca heterosexual: “Es súper raro… porque al final, si existimos tan fuera de estos lugares, es porque justamente ellos (la población heterosexual cisgénero) nos sacó de allí”.

Un espacio imprescindible, que le hizo falta toda su vida: eso significa el Ballroom para Luis. Un refugio necesario para una comunidad acechada por los estigmas y la discriminación exacerbada de una sociedad que margina a todo aquel que percibe como diferente, que osa desafiar el status quo. Bajo un entorno de confort y catarsis que rara vez encuentran en sus familias, los miembros de esta comunidad pueden compartir libremente sus experiencias de vida, muchas veces desgarradoras. Estas historias, sin embargo, siempre inyectan una dosis de motivación para que otros miembros sigan adelante.  

House of Brava en la premier de la película “Invasión Drag”. FOTO: @house_of_brava.

Prince Basu Brava 

Sebastián Murphy tiene 25 años, es psicólogo y psicoterapeuta de profesión y cuenta con su propio consultorio en la sala de su casa, en San Borja. Hace siete años salió del closet, habló con su familia. A sus seres queridos les tomó un tiempo adaptarse, pero la historia de Sebastián no incluye una a ruptura del lazo familiar, sino un respaldo y aceptación total.

Basu Brava en el Distopía Desértica Kiki Ball. FOTO: @basu.brava

A pesar de que durante su época escolar estuvo batallando con sus sentimientos y emociones, tratando de entender qué era lo que estaba pasando en su mente y comprender su orientación sexual, fue en la universidad donde tuvo más libertad para reflexionar y comprender su situación. 

A nivel profesional, Sebastián refiere que no ha sido discriminado, pero que la situación en las calles es totalmente distinta. Tanto en Lima como en ciudades del interior del país ha sido blanco de insultos y miradas prejuiciosas que lo juzgan cuando transita por la vía pública de la mano de Luis Vizcarra, su enamorado. Aunque procura evitar exponerse a situaciones de riesgo, resulta inevitable recibir comentarios homofóbicos. 

Este tipo de discriminación no es nueva en el Perú. El informe elaborado por la ONG Promsex en el año 2020 muestra tres casos de discriminación a personas LGBTIQ+ en medios de comunicación y otros tres casos de violencia que ocurrieron, principalmente, en lugares públicos. Cabe recalcar que la única data sobre discriminación y homofobia publicada por el Estado es una encuesta del año 2017, realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Allí se incluye por primera vez la variante LGBT. El 33% de encuestados señaló que sí experimentaron discriminación alguna vez en sus vidas: el 13% indicó que sucedió en el trabajo, 25% en la familia y 50% en las redes sociales. 

“Es muy doloroso. Siento mucha rabia e impotencia y también, mucha pena porque pienso que no merecemos sufrir todo esto. Y es en parte por la ignorancia y por el odio que siente la gente”, afirma Sebastián. 

‘Basu Brava’ es el seudónimo que Sebastián eligió cuando entró a la cultura Ballroom. Explica que Basu no es una persona diferente o un alter ego, sino que es una expresión de cómo se siente en el momento, es decir, su yo auténtico. El año pasado recibió el título de Prince, cuya traducción al español es ‘príncipe’. Como tal, él cumple el rol del hermano mayor de la casa, un rol que disfruta mucho pues le gusta ayudar a sus hermanos, hermanas y hermanes a adaptarse al mundo del ballroom y a la familia Brava.

Prince Basu Brava en el Pride in Peru Ball. VIDEO: Camila Julón

Seppo Brava 

Su nombre real es Brayam Pinto y es un actor de 26 años, egresado de la Facultad de Artes Escénicas (FARES) de la PUCP, en donde conoció a Nia Zambrano. Su amistad con la fundadora de la casa llevó a que se interesara en aprender más sobre la cultura ballroom durante la pandemia. Al cabo de unos meses se convirtió en un miembro oficial luego Nia le ofreció la oportunidad. “Tener una casa en la comunidad es tener un espacio en donde puedes sentirte en familia y, sobre todo, validado y respaldado por quien eres, por lo que haces y por lo que quieres”, expresa.

Seppo Brava. FOTO: Instagram @ballroom.pe

El concepto de la ‘familia elegida’ siempre ha estado presente en la vida de las personas LGBTIQ+. Conseguir lazos familiares en un grupo de personas con las que compartes ideas, opiniones y que te respetan por quien eres es algo que muchos anhelan. En ese contexto, las madres o padres de casa cumplen un rol esencial pues no solo les enseñan a sus hijos, hijas e hijes cómo funciona la cultura, sino que los apoyan y protegen como haría cualquiera con sus pequeños.

“Me parece chévere que en el ball puedes elegir pertenecer a una familia (si es que te hacen la invitación o si, por ahí, tú persistes). Es la familia que uno decide tener, no es la que te toca. Imagínate el nivel de libertad y afinidad que puede haber porque precisamente tú decides estar en un lugar donde te sientes cómodo. Creo que una palabra que utilizaría para definir cómo me siento en la casa es ‘libertad’. Me siento bastante libre de ser quien soy, de lo que siento, a lo que me oriento y cómo me veo respaldado por mis hermanas, hermanos, hermanes y mi madre”, relata Brayam.

Le gusta pensar que no existen límites y, a diferencia de Sebastián, Brayan sí considera su seudónimo como un alter ego. Un felino, para ser exactos. Copiando el nombre de su propio gato, Seppo Brava es un personaje que Brayan construye y, como buen actor, siempre da todo de sí para que salga perfectamente ejecutado. “Seppo es un gato que está ahí, que no sé si tiene género, tampoco sé si le importa tenerlo, y que le encanta sentir placer. El que tú salgas, lo desarrolles y te sientas, es lo que me hace pensar: ‘esto me encanta’. Es como placer en el movimiento, placer en ser quien eres en ese momento”. 

House of Prince

Una de las casas de ballroom más grandes que existe en el Perú es la Kiki House of Prince. Fruto del activismo de Julius Prince, padre de la casa, la primera ball en el Perú se inauguró el 14 de marzo del 2019, en Miraflores. La casa de Prince es la pionera en la escena ballroom peruana. 

House of Prince, foto de presentación. FOTO: @kikihouseofprince

GreenGemini Prince

Gabrielle forma parte de la Pioneer House of Prince y se identifica como un individuo no binario. El Ballroom le ayudó a despejar las dudas que tenía respecto a su identidad y a encontrar un espacio seguro lejos de la sexualización de la que era objeto constantemente en la sociedad machista. 

Green Gemini animando el evento “Infinity Gems Ball”. FOTO: Camila Julón

Gabrielle considera que es un privilegio que su familia la apoye y entienda como persona no binaria, pero es consciente de que este no es el caso de muchos integrantes de la comunidad LGBTIQ+. “Este espacio es necesario. Muchas personas que no tienen un rumbo encuentran aquí una familia. No solamente aprenden a bailar y a caminar, sino que estos dos elementos te enseñan muchas más cosas: a confiar en ti mismo, fortalecer tu personalidad, entre otros logros personales. Además, dentro del Ballroom uno va conociendo y entendiendo otras realidades, y por eso estoy muy agradecido con esta comunidad, por abrirme los ojos”, reconoce.

‘El Ballroom salva vidas’ es la célebre frase del padre de la House of Prince, Julius Prince. El testimonio de Gabrielle ratifica la validez de este enunciado: “El Ballroom me salvó la vida, me salvó de muchas cosas. Porque yo ya le había perdido el amor a expresarme con el cuerpo, a soltarme. Ballroom me rescato de un lugar muy horrible y ahora me celebro más que nunca”.

Jade Shipiba Prince

Jade es la denominada ‘Princess’ o ‘Princesa’ de la House of Prince. Al igual que Basu Brava, en esta posición ocupa el rol de una hermana mayor que ayuda a guiar a los nuevos miembros que se unen a la comunidad y a la casa pionera del Perú. Suele participar en varias categorías cuando asiste a una ball, llegando incluso a concursar de improviso si es que cumple con los requisitos de vestimenta (colores, ropa de baño, vestidos, etc.) o utilería (adornos o maquillaje).

Presentación de Jade Shipiba. FOTO: @kikihouseofprince

Tal como explica el clásico documental “Paris Is Burning”, los trofeos representan un símbolo de status dentro de la comunidad. Mientras más trofeos obtenga una persona, más alto se posiciona dentro de la jerarquía de la escena. En tal sentido, Jade se asegura de mantener su puesto cosechando múltiples trofeos en diversas categorías cada año.  

El ballroom ocupa un lugar especial en su vida: lo ayudó a identificarse como una mujer trans y, con el apoyo de sus hermanes, pudo iniciar su proceso de transición. Reconoce que, sin su casa, no habría tenido la valentía para cuestionarse y no habría descubierto que existe algo más allá de los constructos sociales que encasillan al género en el binarismo. En su opinión, espacios como el ballroom son necesarios pues el apoyo y la comprensión de la familia puede tardar en llegar. Y ellos necesitan un lugar seguro en donde crecer y convertirse en las personas que realmente quieren ser, sin presiones sociales de ningún tipo. 

La filosofía de Jade, siempre presente en los ball donde participa, consiste en sentirse orgullosa de ser una mujer con vellos, sublevándose así al ideal de belleza reproducido por la industria cosmética: que el cuerpo de las mujeres siempre debe estar correctamente depilado. El ballroom constituye un espacio seguro donde no será juzgada y podrá jugar y desafiar las barreras que constriñen el gran espectro del género y la sexualidad. Este es un lugar de aceptación, donde la reconocen como fem queen (término para mujer trans) y es muy feliz con su comunidad y familia. 

Ballroom y salud mental 

La existencia del Ballroom es clave para muchas personas LGBTIQ+. Sophia Gómez, licenciada en psicología y magíster en temas de género,      señala que desde la infancia los miembros de esta comunidad experimentan la sensación de no tener un lugar al que pertenecer. Sienten que la sociedad los castiga y persigue. Muchos incluso crecen con la idea de que nunca serán amados, crecen desprovistos de vínculos amicales o familiares que sean verdaderos y los acepten a plenitud. 

Es por eso que, en un país lleno de homofobia, transfobia y machismo, es crucial la existencia de espacios seguros como el Ballroom. Allí, jóvenes y adultos de la comunidad LGBTIQ+ pueden sentir que tienen una red de apoyo y una familia: padres, madres o hermanos que los apoyan y estarán siempre presentes para ellos. Según el informe de The Trevor Project, una organización sin fines de lucro que ayuda a la comunidad, se estima que el apoyo moral de un adulto puede reducir en un 40% las probabilidades de suicidio de un joven LGBTIQ+. 

Gómez señala que estos espacios, tanto el Ballroom como cualquier otro que forme la comunidad LGBTIQ+, son necesarios para el bienestar mental de sus integrantes. “Está comprobado que pertenecer a una red de soporte social, sea cual sea la identidad de la persona, alivia malestares y genera un sentido de bienestar”, puntualiza la especialista. 

La comunidad LGBTIQ+ necesita de este tipo de ambientes porque desde muy temprana edad sus integrantes crecen expuestos al rechazo y la violencia visceral. Lugares tradicionalmente seguros, como el colegio o el hogar, para una persona LGBTIQ+ podrían ser lugares de repudio; por lo que viven huyendo de estos espacios hasta que encuentran uno conformado por sus semejantes. Ese lugar soñado y seguro es Ballroom.