Bárbara Mennel, una doula en tiempos de cuarentena

Estudió enfermería y luego se especializó en el cuidado de adultos mayores. Sin embargo, vivir en carne propia el embarazo le hizo notar la falta de un cuidado básico, pero que ha sido relegado en los centros de salud: el apoyo emocional a las gestantes. Bárbara Mennel, oriunda de Suiza, se casó con un peruano que había migrado al pequeño país europeo. Poco después y debido a la nostalgia de su esposo, el matrimonio decidió instalarse en Lima. Aquí Bárbara empezó un nuevo oficio: brindar soporte psicológico a mujeres embarazadas.

Por: Sharon Aguilar
Portada: Archivo personal


En la antigua Grecia, “Doula” era nombre que se le asignaba a una mujer que era esclavizada por otras de su mismo sexo. Actualmente, una “doula” es una mujer que acompaña a las gestantes durante el embarazo, el parto y el postparto. Bárbara, una doula con más de 20 años de experiencia, explica el papel de la psicoprofilaxis en la preparación de las mujeres para el trabajo de parto. Su labor consiste en brindarles apoyo emocional, información detallada sobre la evolución del embarazo, enseñarles ejercicios físicos, de respiración y prepararlas para el momento crucial: el parto. 

Las doulas trabajan en equipo con obstetras y ginecólogos: “Ellos velan más por el bebé, pero yo veo por la madre. Me aseguro de cuidar su bienestar emocional”, señala Bárbara. Esto es lo que se conoce como parto humanizado, es decir, dirigido a la mujer y sus necesidades. Sin embargo, para evitar la propagación del coronavirus, el protocolo de seguridad en las clínicas ha reducido el personal en las labores de parto al mínimo indispensable. En consecuencia, el trabajo de Bárbara se está adaptando a la modalidad virtual.

Bárbara en 2005 junto a un grupo de madres en ejercicios postnatales. FOTO: Archivo personal.

— ¿Cómo se ha transformado tu trabajo con la cuarentena?

— La cuarentena para las mamis es en realidad una cierta bendición. ¿Por qué? Porque están en su casa.  Están más seguras allí. Ahora tienen más tiempo. Pueden empezar a conocerse mejor, a hacer ejercicios, estiramientos o yoga. Con casi todas las mujeres gestantes yo me conecto de manera virtual. Mi acompañamiento es ahora virtual. 

— No lo había pensado de esa forma…

— Es verdad que no podemos seguir con el régimen acostumbrado, pero cada embarazada puede contactar a su médico e ir a consulta si es necesario. No están aisladas, pero sí deben quedarse en casa. Siempre digo que, dentro de todo lo negativo que está pasando, vean las cosas positivas. Estos serán embarazos completamente distintos porque las mujeres tendrán más tiempo para conectarse consigo mismas.

— Pensé que tal vez podría haber un ambiente de miedo en las embarazadas debido al riesgo de contagio.

— Claro que sí existe ese temor, pero la doula o el médico ayudan a las gestantes a tranquilizarse. Yo creo que un mayor foco de infección podría ser un hospital o la clínica, pero tu casa no. Siempre hay que seguir un régimen de alimentación saludable e higiene correcta.

— Últimamente se han difundido algunas críticas y cuestionamientos al trabajo que realizan. ¿Qué piensas al respecto?

— El trabajo de la doula es acompañarte. No necesito estudios previos en anatomía. Yo veo por el bienestar emocional de las embarazadas. Les doy información sobre qué sentirá su cuerpo, les transmito palabras de aliento, calma, tranquilidad, debo ser un sostén. Yo misma he tenido dos hijos. Sé lo que es la falta de alguien a tu lado que sea tu soporte. Sin embargo, yo sé que hay doulas muy radicales. He escuchado que se van mucho al lado natural y quieren imponer que el bebé nazca por parto natural. Yo creo que esa decisión es de la madre. Si la mujer y el médico planean una cesárea que yo creo que no es necesaria, no soy una buena doula si la juzgo o interfiero con el médico. Tengo que saber dónde están mis límites.

Bárbara también brinda asesorías de lactancia. FOTO: Archivo personal.

Bárbara me pide una pausa antes de la siguiente pregunta. Quiere explicarme que antes de ser doula los partos en casa eran una experiencia nueva para ella. Durante dos años, trabajó con una doctora que facilitaba esta opción a las embarazadas. La sobrecogió ver cómo los nacimientos ocurrían en sus propias camas o en el agua de sus tinas. No obstante, ella decidió usar su conocimiento para acompañar a las mujeres que deciden dar a luz en las clínicas.

— ¿Cual es la diferencia con un parto que no cuenta con el soporte emocional de una doula?

— Sí hay diferencia porque toda la atención en el proceso siempre se dirige a la criatura. “El bebé necesita esto o lo otro”. Nadie le pregunta a la madre qué siente. Si está intranquila, asustada o triste, es porque siente que algo está mal. Y eso afecta al bebé que todavía está dentro de ella. Las doulas tenemos que apoyarlas y guiarlas con la energía que transmitimos. En Lima ya hay varias clínicas que planifican un parto más humanizado.

— ¿Cuál es la situación de las mujeres con las que trabajas ahora?

— Tengo tres mamás que van a ir a la clínica, pero no podré acompañarlas por los protocolos de seguridad. Así que el acompañamiento será hasta que lleguen al lugar y, ya en casa, cuando regresan con el bebé. Todavía no he tenido que ir a ningún parto en casa durante la cuarentena.

— ¿Cómo ha sido tu experiencia con el acompañamiento virtual?

— Hace dos semanas acompañé a una mujer en el proceso inicial, pero llegó un momento en el que tuvimos que cortar la videollamada. Al fin y al cabo, era una conexión virtual y le generaba algo de estrés. No podía ayudarla a sentirse mejor. Ella me contó después que al despedirnos su confianza y seguridad disminuyeron. Justo en el momento más difícil ya no tenía ese apoyo. Eso no tiene nada que ver con la clínica o el personal. Era su propia percepción. De pronto se sintió sola.

— Y tú como su doula, ¿cómo te sentiste?

— Fue muy duro. Creo que es lo más duro de esta pandemia. Porque si bien la acompañaste durante su embarazo y estuviste con ella, el trabajo de parto tuvo que hacerlo sola. En un momento la escuchaba, veía sus ojos, su postura a través de la cámara; y de pronto tenía que dejar que siga sin mí. Quería hacer mi trabajo, dar todo para que se sienta bien, pero no podía.

— ¿Qué mensaje le darías a las mujeres gestantes en tiempos de coronavirus?

— Muchos les dicen “tienes que tener cuidado”, “justo ahora estás embarazada, qué vas a hacer” y ese tipo de comentarios. Pero como doula yo debo darle mucho ánimo: “Estás embarazada, vamos a seguir adelante con mucha voluntad y esfuerzo”.