Las condiciones climáticas como el descenso de la temperatura y el aumento de la humedad durante estos meses desaniman a muchas personas a realizar actividad física. Pero, ¿qué sucede si realizamos escaso movimiento corporal durante esta temporada? Hallar una actividad física que nos guste y practicarla a pesar de la severidad del clima puede ayudarnos a conservar nuestro equilibrio mental y salud corporal. Es casi como descubrir una vocación de vida.
Por: Nedelka Tamariz
Portada: Archivo Personal de Isabel Yábar
A fines de marzo del 2022, Isabel Yábar (42) debutó nadando en mar abierto. Aunque se define como una persona “friolenta”, hacer una actividad física como nadar en el mar ha cambiado su percepción del frío limeño y a la vez ha fortalecido su condición física. Ella es natural de Trujillo, nunca le había gustado nadar en las playas de Lima porque el agua es muy fría y el invierno de esta ciudad le hacía sentir tristeza, soledad e incluso ganas de llorar. “El frío me deprime y el sol me da alegría, pero nadar en el mar, aún en invierno, me da fortaleza y optimismo”, expresa.
De acuerdo al psicólogo clínico Manuel Arboccó De los Heros, estas emociones (tristeza, soledad, melancolía) son comúnmente asociadas al invierno. El verano, en cambio, se asocia a un mejor estado de ánimo. De hecho, existe el Trastorno Afectivo Estacional. Es decir, hay personas particularmente sensibles al cambio de la temperatura, la humedad, la luz del sol y el invierno. Tienen predisposición a generar malestares de salud, como enfermedades bronquiales, que a su vez provocan fatiga, estrés, cansancio emocional y depresión.
Sin embargo, la actividad física individual o en grupo permite mejorar el estado de ánimo, por ejemplo, reduce el cortisol (hormona del estrés) y aumenta las endorfinas (las denominadas hormonas de la felicidad). Cuando producimos este tipo de hormonas se genera una experiencia anímica vinculada a la relajación, que también ayuda a canalizar emociones y puede prevenir algún trastorno psicosomático (emociones reprimidas que se convierten en un malestar corporal), agrega el psicólogo Manuel Arboccó.
La actividad física individual o en grupo permite mejorar el estado de ánimo”.
En efecto, Isabel no había realizado actividad física alguna durante la cuarentena. Además, como hija única, desde hace un año acompaña a su madre que padece un cáncer terminal. Con gran fortaleza emocional, decidió salir de casa luego de dos años de confinamiento y asistió a una prueba gratis de natación en el mar. La sensación que tuvo luego de nadar en mar abierto fue reveladora. “Estoy acompañando a un ser querido a morir, pero yo a la vez me quedo con toda la fuerza que ese ser querido me da, mi mamá. A medida que ella se va, me hago más fuerte, como si mis raíces se hicieran más gruesas y eso me da fortaleza y optimismo, eso encontré en el mar”, confiesa.
Todos los miércoles entre 8:30 a 9:30 a.m., Isabel se reúne con un grupo de amigas en su escuela de natación en la playa Los Yuyos. Cuenta además que sus actividades diarias las realiza caminando y aunque el frío le afectó mucho en el pasado, está decidida a realizar una actividad para mantenerse saludable a nivel emocional y físico. Destaca, por ejemplo, que ha logrado eliminar el dolor de rodillas que sentía y ha fortalecido sus vías respiratorias.
El doctor Gerson Siura, médico especialista en endocrinología de EsSalud, señala que normalmente se confunde la definición de actividad física con ejercicio físico. Por un lado, la actividad física es cualquier movimiento voluntario producido por los músculos mientras que el ejercicio físico es el aumento de la movilidad del cuerpo por una actividad ya planeada y repetitiva, como por ejemplo lo que se realiza en un gimnasio, explica.
En ese sentido, la actividad física permite mantener el tono y forma muscular de una persona, pero el ejercicio permite aumentar la masa muscular. Por lo tanto, se recomienda mantener la actividad física mínima y neta durante el invierno y durante todo el año para no tener ningún problema en el metabolismo posteriormente. El doctor Siura, nos da cinco razones para seguir realizando actividad física a pesar del intenso frío invernal:
1. La actividad física ayuda a recuperar y mantener el tono y masa muscular
Algunos piensan que es necesario hacer ejercicio físico pleno, como ir al gimnasio, solo en el verano; sin embargo, la actividad física se debe mantener durante todo el año. Si realiza un ejercicio y deja de hacerlo, ese cambio puede causar algún problema posterior. Durante la pandemia, la actividad física era nula y el llamado “Home Office” o trabajo en casa hizo que las personas dejaran de hacer movimientos que contribuyan a su salud. Por eso, el doctor Siura recomienda que, a pesar del invierno, se debe hacer alguna actividad para recuperar y conservar el tono y masa muscular, pues “nos hemos vuelto flácidos”, agrega. Por ejemplo, llevar a cabo pausas activas, es decir, breves descansos durante el trabajo donde se puedan movilizar las piernas, que son las extremidades que tienen mayor masa muscular. Asimismo, caminar durante 45 minutos o dar 10 mil pasos (que se pueden calcular con celular o smartwatch) son opciones en caso no se pueda realizar un ejercicio físico completo.
2. Las actividades físicas mínimas combaten el sedentarismo
Las personas deben realizar cualquier movimiento que implique un gasto de energía mayor a sus actividades habituales. Por ejemplo, ordenar la casa ayuda a quemar calorías. También, se debe establecer una rutina diaria o semanal como las pichangas de fines de semana. En ese sentido, el doctor Siura recomienda no abandonar la actividad física y acostumbrar al cuerpo a una rutina de desplazamiento que implique esfuerzo físico.
3. La actividad física ayuda a mantener el peso adecuado
Por ejemplo, si sabe que la actividad física que realiza va a reducirse por el periodo de invierno, entonces se debe disminuir la cantidad de alimentos, en especial los carbohidratos complejos como arroz, papa, fideos y pan. Además, habituarse a la actividad física durante el invierno ayuda a mantener un índice de masa corporal adecuado. “Un índice de masa corporal de 25 % como máximo es lo médicamente necesario para que una persona se sienta 100 % normal de acuerdo a su talla y peso”, expone el médico endocrinólogo. La clasificación actual del índice de masa corporal propuesta por la Organización Mundial de la Salud es el peso en kilogramos de la persona dividido por la talla al cuadrado.