Es la presidenta más joven en la historia de la Federación Peruana de Vóley. Su principal objetivo en el cargo son los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ella ha asumido el reto y quiere demostrar que sí puede lograrlo.
Por: Leslie Rosas
Portada: La República
La exarmadora arequipeña Diana Gonzales no olvida su casual llegada al vóley tras dejar el ajedrez. Tenía ocho años y su fuerte carácter la impulsó a tomar la decisión sin el consentimiento de sus padres. Hoy, asegura, fue lo mejor que pudo hacer. Ella ha ganado una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010 junto a la primera generación de ‘Las matadorcitas’ de Natalia Málaga. Además estudió Negocios Internacionales y es máster en Administración de Negocios. Con esa experiencia, en septiembre fue elegida presidenta de la federación.
-¿Qué pasó con Diana Gonzales tras ‘Las Matadorcitas’?
-Me propusieron ir a estudiar a Estados Unidos. No estaba muy segura hasta que una amiga me dijo: “Diana, anda, aprende y regresa a hacer algo bueno por tu país”. Entonces dije: “sí, voy a ir”. Luego los entrenadores me dijeron que como ya tenía un año estudiando Negocios Internacionales también podía hacer una maestría y ellos lo pagarían. Con eso me decidí por completo.
-¿Cómo fue tu experiencia en Estados Unidos?
-El primer semestre fue puro viaje. Regresaba a Perú dos o tres veces al año hasta que se me dio la oportunidad de trabajar allá. Fue una experiencia hermosa: estudiar y seguir jugando. También me gustó mucho el seguimiento que les hacen allá a los deportistas para que acaben la carrera.
-¿Qué aprendiste de esta experiencia?
-Dejar mi casa a los 15 años hizo que madure. Tenía una beca y jugaba a la vez. Y con el dinero que ganaba cubría mis pasajes, mis libros y las cosas que podía necesitar. Me volví independiente. Aunque vivía con amigas latinas, que eran como una mini familia, aprendí a estar sola.
-¿Cómo decidiste postular a la presidencia de la federación?
-Regresé a Perú en diciembre del 2014, luego de cuatro años y medio. Empecé a entrenar con la USIL y después el entrenador me llevó al Regatas, donde jugué un año. Me sentía muy en deuda con el vóley, pero sabía que como jugadora ya no la iba a pagar. Tenía que hacerlo de otra manera. Entonces, luego de Regatas, empecé a trabajar en la federación y cuando me propusieron postular dije: “esta es mi oportunidad”.
-¿Por qué crees que has tenido tanta aprobación en las elecciones?
-No fue fácil al comienzo porque estaba rodeada de gente mayor que yo. Entiendo que es difícil creer en una niña de 24 años -así es como me llamaban-. Pero se dio la oportunidad de viajar, conversar con ellos y conocer de cerca lo que necesitan y quieren. Me ayudó ir a hablarles personalmente y no solo enviarles correos.
-¿Por qué hubo una sola lista?
-Sí había oposición. Para presentar la lista necesitábamos mínimo doce firmas. El otro equipo no llegó a recolectarlas.
-¿Cómo fue la campaña?
-Viajaba a Arequipa, a Tacna, regresaba a Lima, luego iba a Cajamarca… terminé súper cansada, pero me encantó. en el plan de trabajo puse que como federación vamos a viajar a las zonas más alejadas del país a buscar talentos y yo seré la primera en ir. Mi juventud fue tan criticada que esta es una manera de sacarle la vuelta. Tengo la fortaleza y la juventud para hacerlo. No tengo un hijo que me espera para cambiarle el pañal o darle leche. Me puedo dedicar completamente a la federación.
-Diana Gonzales: He dejado de ser Diana para convertirme en la presidenta de la Federación.
-Vóley peruano: Mi vida.
-Las matadorcitas: La mejor etapa de mi vida
-Presidencia de la FPV: Un gran reto
-Entrenador ideal: Daniel Arteaga
-Mejor armadora: Rosa García
-Deporte favorito (no vóley): Natación
-Lo que no toleras: Impuntualidad y las mentiras
-Mayor sueño: Tokio 2020
¿Con qué obstáculos te cruzaste en el proceso?
-Me pusieron dos tachas. Una porque decían que mi título no estaba a nombre de la Nación, pero la ley no dice que sea un requisito. La otra era porque, según ellos, yo no era una deportista calificada pues no había participado en la categoría mayores, pero el IPD ya me había mandado mi constancia. Se absolvieron las dos tachas. Sé que en redes dicen que soy una niña y seré manipulada, pero la ley me permite postular desde los 21 años, no estoy cometiendo ningún delito.
-¿Qué rescatas de la gestión de Luis Linares, tu predecesor?
-Esta junta directiva ha clasificado a todos los mundiales excepto al Sub 23. Destaco también la organización del Festival Sub 12 al que vienen 600 niñas a jugar tres días y se seleccionan unas 20 para que se queden en el equipo. La iniciativa es buena porque se gana dos o tres años de formación para tener una buena base de jugadoras que lleguen a jugar en mayores y así tener titulares y suplentes. Voy a continuar con este proyecto.
-¿Qué aspecto vas a reforzar?
-Se necesita una federación con visión y objetivos. Esto permitirá que los trabajadores estén involucrados. Obviamente todos queremos llegar a Tokio 2020, pero para eso hay que tener estrategias. Y también quiero darle el espacio que se merece el vóley masculino. Este año Perú organizó un Sudamericano masculino Sub 19 después de tres décadas.