Sus asesinos confesaron el crimen y fueron condenados, pero no revelaron dónde están los restos del estudiante de sociología de la PUCP que fue detenido hace 31 años. Su caso sin resolver muestra que los miles de peruanos desaparecidos durante el conflicto armado interno son una herida abierta, los problemas del pasado nos persiguen todavía.
Por: Daniel Contreras
Portada: Adrián Calle
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