Hace tres años, Dilser Carrasco, estudiante de Arqueología, inició Conoce tu historia, un proyecto que ha registrado 400 figuras de arte rupestre y más de 15 sitios arqueológicos en la provincia de San Ignacio, Cajamarca, en el límite con Ecuador. Por estos hallazgos, junto a un equipo multidisciplinario de universitarios, ganó el Premio Nacional de la Juventud. Gracias a su pasión por una disciplina científica tan poco comprendida en el Perú, Dilser revaloriza el patrimonio cultural y arqueológico del país.
Por: Aeylin Ocampo
Portada: Aeylin Ocampo
Era aproximadamente las siete de la noche. Dilser, estudiante de último año de Arqueología de la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque (UNPRG), terminaba de realizar un examen virtual cuando recibió una llamada desde un número desconocido. Extrañado, respondió: ¿Aló?. “¡Felicitaciones!”, le gritaron con entusiasmo.
—Me dijeron: “Has ganado el primer puesto del Premio Nacional de la Juventud, los jurados te evaluaron y eres el ganador por amplia ventaja. Debes ponerte en contacto para la premiación”. Yo estaba feliz, sabía que este reconocimiento ayudaría a que el proyecto siga creciendo —cuenta el investigador con una sonrisa en el rostro.
Desde el año 2018, Dilser comenzó Conoce tu historia, un proyecto que tiene como objetivos reivindicar la investigación arqueológica, generar el desarrollo de la identidad cultural de niños y adolescentes e impulsar el turismo de la provincia de San Ignacio. Dilser postuló al Premio Nacional de la Juventud en la categoría “Historia” y logró quedar en el primer lugar.
Conoce tu historia se desarrolla en comunidades de cuatro de los siete distritos de la provincia de San Ignacio. Él y su equipo han podido documentar 400 figuras de arte rupestre. También han registrado 15 sitios arqueológicos en el valle del Chinchipe. El investigador destaca que estos hallazgos van a tener un impacto en el desarrollo turístico de la zona.
“Nadie quiere lo que no conoce”, señala el futuro arqueólogo aludiendo al nombre del proyecto: Conoce tu historia. Dilser cree que si no reconocemos la cultura que nos rodea nunca podremos compartirla ni generar conocimiento, identidad y autoestima en las generaciones futuras. De ahí la importancia de revalorar el patrimonio cultural.
El proyecto ya había recibido un reconocimiento de la Universidad Pedro Ruiz Gallo. Su casa de estudios consideró que era la mejor iniciativa de desarrollo local comunitario en el ámbito de la investigación arqueológica de Cajamarca.
Cuando era estudiante de secundaria, Dilser descubrió su interés tanto por la arqueología como por el turismo. Sentía que San Ignacio, su provincia, estaba cargada de un pasado que merecía descubrirse. Por ello, luego de ingresar a la universidad, decidió escribir un breve ensayo sobre el arte rupestre de su zona.
—La información sobre el arte rupestre a nivel nacional era escasa, pero yo vi que en mi provincia abundaba. Me pregunté: “¿Por qué no empiezo a desarrollar investigaciones propias?”. Entonces, los cursos que yo llevaba en la universidad los aplicaba a la realidad de mi provincia”—relata el joven universitario.
Dilser agradece la paciencia de sus docentes. Ellos le permitieron desarrollar sus capacidades a partir de la observación que hacía en su comunidad.
El equipo de investigadores con los que trabaja Dilser empezó con tres compañeros de la universidad. Su pasión por su provincia y la arqueología lo animaba a incentivar a sus amigos a visitar inhóspitas montañas de la ceja de selva de comunidades de Cajamarca y Amazonas. Ahora labora junto a un grupo multidisciplinario de estudiantes de la Universidad Pedro Ruiz Gallo: historiadores, sociólogos y antropólogos.
—Fue una locura, nos pasábamos dos de los meses de vacaciones investigando, documentando y delimitando sitios. Cuando volvíamos a las clases, aplicamos todo lo recolectado en nuestros trabajos —relata Dilser.
Un trabajo conjunto para reivindicar la identidad cultural de estudiantes
Dilser cuenta que no fue fácil llegar a los pobladores de las comunidades que visitaban. Por eso buscaron estratégicamente un nexo con ellos: los docentes. Conoce tu historia debía llegar a niños y adolescentes. Hablaron con los profesores de los colegios, con los padres de familia y también con los alumnos. Hicieron talleres y manualidades para enseñarles la cultura y el arte antiguo que los rodea.
—Los padres cambiaron su mentalidad, pensaban que eran dibujos en una piedra, pero les teníamos que enseñar que era arte rupestre para que reconozcan su cultura —manifiesta Dilser.
Aunque la pandemia aplazó los trabajos de campo y el desarrollo de actividades con los niños que iban a realizar en setiembre y octubre del 2020, Dilser pasa la página y explica con entusiasmo que este año retomaron las investigaciones. Han documentado narraciones orales y tradiciones de comunidades. Pronto difundirán dos publicaciones: “Conoce tu historia, cuentos y leyendas” y “Conoce tu historia, huaquitas de mi pueblo”.
Una pasión que también implica pesares
—Yo tengo muy marcada la identidad con mi provincia, por eso es que todas las investigaciones que realizo son en beneficio de San Ignacio. Admite, sin embargo, que la arqueología no es una carrera muy conocida y valorada.
El investigador confiesa que estudiar arqueología implicaba gastos económicos difíciles de solventar. Ahora, afortunadamente, cuenta con el apoyo de la Municipalidad de San Ignacio, pero antes llegar a un lugar lejano donde se tenía versiones de la existencia de arte rupestre significaba invertir en pasajes y alimentos que debía cubrir por su propia cuenta.
—Llegábamos a la zona, nos miraban y decían: “Están loquitos, ¿por qué miran esas huacas?”. De alguna manera eso nos vuelve más persistentes —afirma con un brillo esperanzador en los ojos.
Dilser reitera que ganar el Premio Nacional de la Juventud les permitirá ampliar sus investigaciones y despegar sus sueños respecto a aplicar el modelo Conoce tu historia en otras localidades.
—Creemos que el proyecto se puede replicar en Bagua, Chota, Cutervo y otras provincias con el apoyo de entidades públicas y privadas. El reconocimiento que adquirimos por ganar el premio es un apoyo muy grande. De ahora en adelante más personas sabrán de lo que hacemos —afirma el investigador con satisfacción.
Conoce tu historia cuenta con una página de Facebook recién estrenada para que más personas se informen sobre el proyecto y lo difundan.