Girl Gov Perú en acción: un colectivo de nativas feministas

Sus integrantes tienen entre 15 y 19 años de edad y promueven la participación de niñas y adolescentes en la sociedad peruana desde la virtualidad.

Por: Mayralejandra Aguirre
Portada: Instagram @ggperu_enaccion.


Nunca se es demasiado joven para alzar la voz y buscar un cambio. Eso lo sabe muy bien Naira Carcelén (18), cofundadora del colectivo feminista Girl Gov Perú en acción. Sus activistas promueven la intervención de adolescentes en la toma de decisiones que las afectan, como la violencia de género, la falta de educación sexual integral y el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. Del mismo modo, también visibilizan las voces de las niñas, las más vulnerables en la sociedad peruana, quienes desde temprana edad exigen que se le preste mayor atención a la violencia de género. Todo esto a través de una de las redes sociales más populares, Instagram, donde tienen más de 2700 seguidores. 

La historia de este colectivo empezó a finales del 2019, cuando un grupo de adolescentes de 17 años culminó su participación en Girl Gov Perú, programa que brinda talleres a niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años sobre activismo social y político con un enfoque feminista. Con ganas de poner en práctica todo lo aprendido, decidieron continuar. Por ello, crearon el colectivo Girl Gov Perú en acción. Le agregaron “en acción” al nombre porque llevan a la práctica todo lo aprendido. Iniciaron en la primera semana de marzo del 2020 sin imaginarse que días después se enfrentarían a una pandemia que las haría reiniciar todo el proyecto desde cero. 

Activistas de la promoción 2019 de Girl Gov Perú en la marcha por el Día de la Mujer el 8 de marzo del 2020. Foto: Archivo personal.

“Fue difícil tener que pasar todas las actividades a la virtualidad, pero lo tomamos como un juego a nuestro favor”, explica Naira. Así, el 7 de abril del 2020 publicaron en Instagram un video titulado “Adolescentes activando desde casa”, con el que comenzó oficialmente el colectivo. La virtualidad resultó ser, paradójicamente, un beneficio y las redes sociales, sobre todo Instagram, se convirtieron en sus aliadas. No podían reunirse, pero lograron llegar a más público, tanto a nivel nacional como internacional, por medio de sus posts informativos, talleres y entrevistas virtuales. Inclusive, lo que al inicio parecía ser un gran desafío se convirtió en el tema principal de su primer proyecto. 

Se trató del informe de investigación “Nuestros derechos importan: niñas y adolescentes luchando en el contexto del COVID”. Para este diseñaron una encuesta virtual en la que participaron 250 niñas y adolescentes a nivel nacional. A partir de las respuestas obtenidas, dividieron el trabajo en cuatro ámbitos: salud mental, educación, violencia de género y necesidades básicas. Después de una exhaustiva investigación que duró tres meses descubrieron que 132 niñas encuestadas fueron víctimas de violencia sexual. De esta cifra, el 80% indicó que no sabía cómo denunciar, mientras que el 20% consideró que los servicios de ayuda telefónica son deficientes, ineficaces, ayudan muy poco. Otro dato relevante es que 35.9% de niñas y adolescentes sufrieron hostigamiento durante sus clases virtuales y no conocían las vías para denunciar dichos hechos. En cuanto a la salud mental, se detectó que 81% de las encuestadas sufrió ansiedad y estrés como consecuencia de la cuarentena. Cuando se les consultó sobre su educación, el 36.1% de niñas y adolescentes que utilizaba la plataforma educativa pública Aprendo en Casa expresó su rechazo a la sobrecarga de tareas escolares. No contaban con los medios necesarios para realizarlas, como una red de internet tan segura como potente. Otro problema es la falta de acceso a servicios básicos: 23% de las adolescentes y jóvenes encuestadas no tienen acceso a agua potable. Tampoco cuentan con artículos de primera necesidad femenina como las toallas higiénicas.

En julio del 2020 compartieron estos resultados con diferentes instituciones como el Minsa, el Minedu y la Defensoría del Pueblo. Llegaron incluso a exponer sus conclusiones ante el Congreso de la República. “Presentamos nuestros trabajos a espacios mayoritariamente conformado por adultos. De esa manera cumplimos con el objetivo de visibilizar las voces de las niñas y adolescentes”, explica Naira. Su proyecto les permitió participar en espacios organizados por la Comisión de la Mujer y Familia, el Minedu, la Defensoría del Pueblo y hasta la ONU, en los que abordaron temas de violencia y salud sexual. 

En la presentación virtual de la investigación “Nuestros derechos importan: niñas y adolescentes luchando en el contexto del COVID” en el Congreso de la República. Foto: @nairacarcelen.

Los temas que fueron parte del informe también se desarrollaron en su primer taller “Nuestros derechos importan: niñas y adolescentes en acción”. Este fue dictado por las activistas del colectivo y  se centró en la necesidad de una educación de calidad, la salud mental y la violencia de género. Además, incluyeron el tema de la salud menstrual. Otro taller fue “Conociendo mis derechos y la importancia de las comunidades”. Este fue dictado por voluntarias de Girl Gov Perú y la socióloga feminista Micaela Gieseck. En este espacio conversaron sobre la discriminación y el sexismo, y compartieron nuevas ideas para focalizar el espíritu de activismo desde el hogar para construir un mundo mejor. 

Este año las dirigentes de Girl Gov Perú en acción se han mantenido atentas a la cobertura política. Durante las elecciones presidenciales entrevistaron a cuatro postulantes al Congreso: dos del Partido Morado (Úrsula Moscosa y Nancy Goyburu) y dos de Juntos por el Perú (Lucía Alvites y Catherine Eyzaguirre). Ellas presentaron sus propuestas para cambiar la situación de la mujer en el país. Se centraron en promover la participación de la mujer en la esfera política, las denuncias por acoso sexual, la importancia del enfoque de género y la necesidad de la educación sexual integral. 

Ante los resultados de la primera vuelta electoral realizaron su segundo gran proyecto. Este se tituló “Segunda Vuelta en Acción: Análisis de las propuestas enfocadas en mujeres, niñas y adolescentes”. Respondía a la falta de propuestas precisas sobre género y poblaciones vulnerables por parte de Pedro Castillo y Keiko Fujimori. En este trabajo volvieron a recalcar la importancia de seguir combatiendo toda forma de dominación y violencia machista.

Entrevistas virtuales a las candidatas al Congreso 2021 Foto: @ggperu_enaccion.

En la actualidad, el colectivo se encuentra en un proceso de reestructuración. “El proyecto de Girl Gov Perú en acción no ha terminado. Solo estamos buscando reinventar nuestra propuesta de proyecto adolescente”, dice Naira. Sin dejar de lado a niñas y adolescentes, las activistas piensan ampliar sus objetivos hacia la juventud peruana. Esto no significa que el activismo esté en pausa, ellas continúan participando en espacios de diálogo. Del mismo modo, invitan a sus seguidoras a formar parte de estas charlas. Su participación más reciente fue el 14 de septiembre en el podcast Warmipuran Yachachikun. En este espacio  conversaron sobre la historia del feminismo, el feminismo en la política peruana y los trabajos que, como adolescentes, han realizado para incentivar el activismo en mujeres de distintas edades. 

No obstante, no todo es tan sencillo para ellas. Se suele ningunear e ignorar las ideas de los adolescentes. “Es difícil ser una activista adolescente porque la primera respuesta que recibimos por parte de adultos al presentar nuestro primer proyecto fue ‘Nos llenan de inspiración, chicas’, pero ahí quedó. Los inspiramos, pero a nada porque no tomaban ninguna acción reparadora”, denuncia Naira Carcelén. No creen en su trabajo hasta que llegan a presentarse ante grandes instituciones. Recién en ese momento son tomadas en cuenta. Con cada proyecto y post en Instagram, estas adolescentes demuestran que el activismo se puede hacer en todos lados, ya sea de manera presencial o virtual, y que no se es muy joven para ello. 

La participación de las adolescentes en la esfera pública se está normalizando. “Poco a poco podemos hacer un cambio. Pese a las limitaciones en las que nos encontramos como un proceso de inestabilidad política. Seguimos aprendiendo las unas de las otras. El activismo adolescente es valioso, importante y necesario en un país como el nuestro”, sostiene Naira.