La Sociedad de Patriotas del Perú
Martín Barrueto es cofundador de la Sociedad de Patriotas del Perú, una agrupación política peruanista que “busca reivindicar la herencia española e indígena dentro de la identidad peruana», según sus palabras. Ellos estuvieron presentes el último 12 de octubre, «Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural», resguardando la estatua de Cristóbal Colón en el Centro de Lima con escudos y banderas con el símbolo de la Cruz de Borgoña.
“En este evento del 12 de octubre tratamos de buscar el diálogo con los que marchaban, con los que estaban del otro lado. Era evidente que todos apoyaban a Pedro Castillo, todos eran rojos, estamos hablando de indigenismo ultra, casi tirando para etnocacerismo, un grupo que sostiene que si no tienes rasgos andinos eres menos peruano”, declara Barrueto.
La Sociedad de Patriotas del Perú (SPP) fue fundada en el año 2018. Empezó como un grupo pequeño de universitarios que se reunía a leer textos sobre teorías políticas. Hoy, Barrueto confirmó que son más de 300 personas entre militantes y simpatizantes de la agrupación. Su actual presidente es Luis Miguel Llanos, excandidato al Congreso por Perú Patria Segura, recordado por abatir a dos delincuentes en 2011 y con denuncias por agresión a su expareja y usurpación de terrenos.
La SPP cuenta con lo que ellos llaman la “Brigada Cervantes”, un unidad de “choque” de treinta personas que funge como grupo disuasivo durante manifestaciones violentas. Son ellos los que normalmente llevan los escudos con la Cruz de Borgoña, además de otros elementos como tasers eléctricos, bastones retráctiles de defensa personal y gas pimienta.
Los miembros de la brigada organizan y acuden a talleres de artes marciales, defensa personal y desarme de armas de fuego. Los principales integrantes, como Martín Barrueto, son partidarios de la legítima defensa y el derecho de los ciudadanos a portar armas de fuego. “Personalmente, soy mucho de practicar artes marciales, soy una persona que por lo menos dos veces al mes se va al polígono de tiro, compro mi cajita de balas y me pongo a disparar para mejorar mis habilidades. (…) Yo no digo que todo el mundo tiene que salir armado, estoy diciendo que la gente tiene derecho a poseer un arma legalmente y con todas las facultades de hacerlo”, explica Barrueto.
La SPP cobró notoriedad a partir de las movilizaciones en contra de la candidatura de Pedro Castillo en la segunda vuelta. Junto a ellos marchaban también grupos de extrema derecha como ‘Los Combatientes’, ’La Resistencia’ o ’La Insurgencia’ . ’’No tenemos nada en común con ellas más allá del anticomunismo, incluso su anticomunismo es más violento. No compartimos esos comportamientos”, resaltó Barrueto. Además, recalcó que el uso de la fuerza por parte de la Brigada Cervantes de la SPP solo se da en casos de defensa personal.
Las inconsistencias de un grupo negacionista
Según Barrueto, la diferencia entre la Sociedad de Patriotas del Perú con otras agrupaciones que sí se autoproclaman hispanistas, se basa en que ellos sostienen que el Perú moderno, abarca tanto la herencia hispana como la indígena.
“Nosotros defendemos la peruanidad, que no es el hispanismo ni el indigenismo, la peruanidad no podría existir sin ambas. La realidad es que estamos condenados eternamente a ser hermanos, tanto criollos, indígenas y mestizos. Si no venía España a tierras americanas, venía cualquier otro país europeo”, afirma Barrueto.
Para estos grupos hispanistas, la conquista fue clave para el desarrollo del Perú y su liberación, donde el choque cultural tenía que suceder por el bien de los indígenas. Barrueto sostiene que “si recurrimos a los datos históricos de la conquista esa era la única forma de proteger a los indígenas de un abusador como Atahualpa, un tirano que mató a su hermano para ser emperador”.
La Sociedad de Patriotas del Perú también asegura que durante los tres siglos de ocupación española de América no se reprimió ni sojuzgó a la población indígena.
Las Leyes de Indias, afirma la SPP, consideraba al indígena como un igual ante los ojos de Dios y, por ende “no se permitía el abuso a un hijo de Dios, (…) y estaba prohibido esclavizar al indigena”, señala Barrueto.La SPP también sostiene que la teocracia de ambos imperios (el incaico y el español) permitió que se mantuviera un respeto entre los sectores más poderosos de cada bando y por ende, de sus creencias. “A los indígenas les atraía el ritual católico. Incluso pensaban que era mucho más imponente y misericordioso. Ellos tenían la libertad de seguir adorando al Sol, pero decidieron seguir el catolicismo”, dice Barrueto.
En contraste, José Ragás, historiador peruano y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, aclara que si bien se emitieron leyes que buscaban defender al indígena de los abusos de los conquistadores, dicha defensa no se dio en la realidad. Estas normas prometían protección a aquellos indígenas que renunciaban a sus antiguas creencias, y aceptaban la fe católica impuesta por la corona española. Sin embargo, esa garantía nunca se hizo efectiva.
De acuerdo con Ragas, la imposición de la religión católica durante la conquista española fue una realidad no negociable. El sistema colonial se basó en una serie de prácticas violentas que desplazaron a las antiguas instituciones y creencias de los pueblos andinos. “La religión andina era perseguida. Los españoles buscaron mantener una hegemonía de la Iglesia Católica por encima de cualquier otra creencia (…) no había derechos para aquellos que practicaron cultos o devociones a sus religiones originarias”, enfatiza el historiador.
Homofobia y transfobia en el discurso político
Además de su declarado anticomunismo, Barrueto expresa que su organización rechaza la agenda de los colectivos LGBTIQ+, los derechos reproductivos o la eutanasia. “Si algún día tengo ganas de morir no buscaría que lo cubra el dinero de los demás peruanos. Es lo mismo que con el aborto, si quieres abortar y matar a un ser vivo, no tienes el derecho de pedirle al Estado que utilice mis impuestos para pagarlo. Ni mucho menos pagarle la reasignación sexual a hombres que se creen mujeres cuando no lo son biológicamente”.
El cofundador de la SPP muestra abiertamente sus posturas homófobas y transfóbicas: “El 70% de los homosexuales tienen el cerebro pensando en sexo”. Y afirma que tanto los homosexuales como los hombres y mujeres trans sufren trastornos mentales. “Género tiene la música, la comida, las personas nacemos hombres o mujeres. Ellos hablan de que ser hombre o mujer es una construcción social. Eso es una enfermedad, es un trastorno de disforia de personalidad”, dice.
Barrueto tiene, sin duda, ideas anacrónicas. Hace más de treinta años, en julio de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró a la homosexualidad de la lista de trastornos mentales. Y a partir de 2022, cuando se publique la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), la transexualidad dejará de ser calificada como un «trastorno de la personalidad y el comportamiento» y pasará a considerarse una “incongruencia de género”.
Barrueto, por su parte, se niega a considerar válidas las decisiones de una entidad científica como la Organización Mundial de la Salud. Según él, la OMS sigue las directrices del comunismo internacional encabezado por el Foro de Sao Paulo.
Vox y su discurso hispanista
El pasado 13 de agosto, aniversario de los 500 años de la caída de Tenochtitlan, la cuenta de Twitter de Vox, partido político español de extrema derecha, publicó un mensaje que decía “España logró liberar a millones de personas del régimen sanguinario y de terror de los aztecas. Orgullosos de nuestra Historia”.
Santiago Abascal es el líder de Vox, la tercera fuerza política del Parlamento español, un partido ultraconservador que ahora busca influir en varios países de Latinoamérica, como México, Colombia, Chile, Perú, con un discurso negacionista.
Abascal y representantes de Vox han repetido en innumerables ocasiones un mensaje que reivindica la conquista española y resalta a los colonizadores como libertadores de los pueblos indígenas oprimidos por los grandes imperios Azteca, Maya o Inca.
Al respecto, Ragas sostiene que este tipo de mensajes que buscan enaltecer y justificar la conquista como una fuerza liberadora son absurdos. “Una vez que acabaron con estos poderes centrales (como los Mayas e Incas) lo que hicieron fue someter a la población. Su objetivo era utilizar la mano de obra para extraer recursos naturales y así consolidar su poder frente a otras potencias”, refiere el historiador.
La derecha peruana se alinea con Vox
La “Carta de Madrid: En defensa de la libertad y la democracia en la Iberosfera” es un documento creado por Disenso, fundación presidida por Santiago Abascal, presidente de Vox. Allí se afirma que el avance de los regímenes comunistas y totalitarios en todo el territorio iberoamericano es promovido por Cuba o por iniciativas como el Foro de Sao Paulo y el grupo de Puebla. Por ello la Carta de Madrid busca ‘sumar fuerzas de oposición ante el avance de este mal’.
La Carta de Madrid fue suscrita por políticos de derecha en toda la región, que respondieron afirmativamente al llamado de Vox. En el caso peruano, la firmaron congresistas y miembros de tres partidos políticos: Avanza País (AV), Renovación Popular (RP) y Fuerza Popular (FP), entre ellos, Adriana Tudela, José Williams (AV), Jorge Montoya, José Cueto (RP), Rosangella Barbarán, Patricia Juárez, Hernando Guerra-García (FP).
Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular, apareció de manera virtual en el evento “Viva 21”, organizado por Vox, el 9 y 10 de octubre, en vísperas al “Día de la Hispanidad”. Allí, se reivindicó nuevamente la herencia española.
“El evento, estoy segura, será un referente para la Hispanidad de lo que realmente significa patria y ser patriota, de democracia y ser demócrata, de libertad y ser real defensor de la misma, pero estoy convencida que Viva 21 es un símbolo de la unidad hispana frente a la amenaza del llamado socialismo del siglo XXI. Esa corriente nefasta empobrecedora y enemiga del desarrollo que ha envenenado por décadas a nuestros jóvenes y tergiversado nuestra real historia. Muchas gracias a Vox, cuentan con Fuerza Popular. ¡Viva España! ¡Viva el Perú!”, expresó entonces la lideresa del partido naranja.
Según el internacionalista Francisco Belaunde, lo que Vox trata de hacer en América Latina es crear lazos con estas fuerzas políticas regionales para demostrar que no están solos en su lucha contra el comunismo. “Lo que ellos quieren es generar una corriente internacional de resistencia ante lo que consideran el avance del comunismo”, sostiene Belaunde.
Además, al establecer alianzas con partidos de derecha en nuestro continente buscan contrarrestar las acusaciones de xenofobia que les lanzan otros sectores políticos en España. No es solamente el Perú y sus hispanistas arcaicos, una ola ultraconservadora se despliega ahora por América Latina para negar derechos, sostener privilegios y negar la historia.
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