Jean Franco Vásquez (17) y Taís Sánchez (18), medallistas mundiales de Kung Fu, junto con el seleccionado nacional Leonardo Sánchez (26), detallan aquí las dificultades que afrontan desde el inicio de la crisis sanitaria: cancelación de eventos deportivos, cierre de los salones de entrenamiento y la indiferencia de los medios de comunicación que solo tienen ojos para el fútbol.
Por: Camila Julón y Diego Sánchez Valdivia
Portada: @janfrancovasquez.
El 2019 fue un año dorado para la Federación Deportiva Peruana de Kung Fu (FDPKF). La delegación nacional, en sus diferentes categorías, cosechó importantes triunfos bajo la modalidad Taolu (danza tradicional) en el 8vo Campeonato Mundial de Kung Fu celebrado durante el mes de junio en las alturas del Monte Emei, en China. Tras obtener dos preseas de oro, cuatro de plata y cinco de bronce, el Perú no solo cultivó un alto número de jóvenes promesas, sino que también pudo ingresar a la élite mundial de esta disciplina. Entre estos triunfadores se hallaban Taís Sánchez y Jan Franco Vásquez, campeones mundiales de la categoría 15-17, quienes junto con Leonardo Sánchez, medalla de bronce, consiguieron un total de cinco medallas en dicho certamen.
En el Aeropuerto Internacional de Pekín-Daxing, poco antes de partir de regreso al Perú, los seleccionados no imaginaron que muy cerca, en la provincia de Wuhan, se descubriría a los pocos meses un enemigo microscópico al que hoy todos conocemos. Se suspendieron vuelos, torneos, entrenamientos y, más aún, sus sueños y proyectos deportivos a futuro. Las hazañas logradas en el mundial sirvieron como formidable antesala para un año nefasto.
Hoy, confinados debido a la pandemia, estos jóvenes siguen sorteando los escollos que supone el entrenamiento en casa, las limitaciones económicas y la angustia del qué pasará mañana.
A inicios del 2020, antes de la pandemia, Taís Sánchez solía entrenar durante cuatro horas de lunes a viernes. Lo hacía con el fin de prepararse para los Panamericanos de Wushu (Kung Fu moderno) y el mundial junior a realizarse en Marruecos. Para este 2021 tenía pensado competir en el mundial tradicional de Wushu en China. Jan Franco tuvo que renunciar a su objetivo de participar en tres eventos internacionales que debieron celebrarse en el 2020, en Brasil, Marruecos y Chile.
Pero el Covid no solo frenó sus competencias, sino que también los afectó en otros ámbitos. Debido a la declaración del Estado de Emergencia y la incertidumbre generalizada por no saber cómo se iba a desarrollar la situación de pandemia, Taís decidió dejar de entrenar. “La angustia de no saber cómo iba a avanzar la pandemia me desmotivó, me chocó bastante”, declara.
Jan Franco menciona que su estado anímico también se vio afectado por el encierro. Se dejó dominar por la ansiedad y empezó a comer más de lo normal. Taís, por su parte, recuerda que esa misma ansiedad la hizo aumentar considerablemente sus raciones alimenticias, en especial de comida chatarra. Antes de la pandemia, ella evitaba todo lo que era considerado fast food, cuidaba su nutrición y preservaba un óptimo estado físico.
Sin embargo, el amor al deporte pudo más que estas tentaciones y al poco tiempo empezaron a retomar sus entrenamientos en casa. A pesar de que no podían entrenar con sus respectivos equipos, Taís y Jan Franco encontraron formas de seguir ejercitándose a fin de no perder la elasticidad y condición física que tanto cuesta conseguir y mantener. Ambos realizaban estiramientos básicos y preparación física, centrándose en mejorar y perfeccionar sus movimientos para las siguientes competiciones.
A pesar del contexto actual y la incertidumbre que genera el Covid-19, ambos deportistas han podido crecer en algunos aspectos de su vida personal y profesional. Jan Franco señala que durante el confinamiento pudo trabajar más en corregir sus debilidades y reforzar sus fortalezas, lo que a la par le permitió aprender nuevos hobbies y dedicarse a otras actividades. Al igual que él, Taís considera que este tiempo sirvió para aprender a adaptarse a las situaciones adversas y a encontrar nuevas formas de hacer lo que a uno le apasiona. “Uno tiene que seguir adelante, no solo en el plano deportivo, sino también en el plano académico, profesional, familiar o emocional. Uno debe seguir desarrollándose y creciendo como persona”, afirma.
El fútbol es el deporte que goza de más arraigo popular y por ello recibe el mayor financiamiento económico, tiene un sólido desarrollo institucional, así como respaldo logístico, empresarial y mediático. Es por eso que las noticias sobre el Kung Fu y otras disciplinas deportivas tienen escasa cobertura en los medios de comunicación. Para Leonardo Sánchez, ese olvido resulta mortificante. Pese a que el Kung Fu es uno de los deportes que mayor reconocimiento mundial ha conseguido para el Perú, no se le presta atención. “En el Kung Fu somos campeones sudamericanos, panamericanos, tenemos también campeones mundiales. Lamentablemente, ellos no tienen ningún reconocimiento debido a la indiferencia de los medios”, señala.
“En comparación con otros deportes, este es uno de los pocos que aún no regresa a los entrenamientos presenciales. Eso no ocurriría si tuviéramos la misma cobertura que se le da a otras disciplinas deportivas”, asegura Leonardo.
A diferencia de otros deportes que cuentan con la autorización para actividades semipresenciales, el Kung Fu ha tenido que adaptarse al entrenamiento a distancia. Como profesor principal del club de Kung Fu de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Leonardo describe un panorama complicado. Entre los principales escollos se encuentran el reducido espacio de entrenamiento en casa, problemas de conexión a internet y un menor asesoramiento deportivo en lo técnico. “Lamentablemente, el inicio de la pandemia fue muy complicado dado que el Kung Fu es un arte marcial y un deporte de contacto, por lo que es muy difícil enseñarlo de forma virtual. Sin embargo, al pasar el tiempo se ha podido lograr técnicas para poder enseñarlo y adaptarnos a la situación actual”, afirma Leonardo.
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En resumen, a pesar de los embates de la pandemia, nuestros exponentes nacionales del Kung Fu continúan enfocados en entrenar con ahínco para cosechar nuevos triunfos deportivos. “No importa el deporte que practiques, los logros deben ser reconocidos. Si es un triunfo muy importante considero que debe tener la misma atención mediática que otros deportes porque es un orgullo para el país que los deportistas sobresalgan y una manera de reconocer el esfuerzo por traer una nueva medalla al Perú”, concluye Taís.