Luiz tiene 25 años, es un bailarín profesional y profesor en distintas academias de baile en Lima. A pesar de que el baile en tacones o Heels es un estilo en el que predominan las mujeres, él no deja que eso sea un obstáculo para expresar y transmitir su arte.
Por: Camila Julón
Portada: Instagram @luizccanto
Con piruetas que van desde un básico passé hasta un arabesque o una española, Luiz Ccanto Solier se ha hecho un espacio entre las mujeres que en el medio local practican el baile en tacones o Heels. Con el cierre de todos los estudios de baile durante meses por la pandemia, Luiz ha tenido que reinventarse para dictar clases virtuales mientras se preparaba para el regreso de las clases presenciales con aforo limitado y demás medidas sanitarias.
“Creo que la danza siempre estuvo en mí y para mí”. Con esta frase empieza Luiz a contar sobre su recorrido como bailarín. Desde que era niño supo que no había nada que lo hiciera tan feliz como el baile. Si bien su ingreso al mundo de los Heels fue algo tardío, debido al miedo de mostrar abiertamente su sexualidad y a los posibles comentarios de sus amigos y familiares, su pasión por este estilo lo llevó a esforzarse y mejorar paulatinamente su danza.
A él no le gusta considerarse un “exponente” del género, ya que le parece un término exagerado, pero igual ha conseguido hacerse un nombre en el baile y en un estilo en el que se encuentran muy pocos varones. Durante un año y medio bailó hiphop en la escuela Rayo en la Botella, pero cuando entró a una clase de Heels en la escuela D1 finalmente encontró ese “algo” que sentía que le faltaba.
El miedo a presentarse como gay ante la sociedad no fue el único obstáculo que tuvo que enfrentar cuando empezó a bailar. Una vez que terminó el colegio, su familia lo presionó para que siguiera el camino de sus dos hermanas mayores. Querían que entrara a una universidad para estudiar una carrera, ya que veían la danza como una pérdida de tiempo o algo para vagos. Sin embargo, él siempre ha hecho lo que le gusta, lo que le nace, esté solo o acompañado. Así que, a pesar de sus propios miedos y dudas, siguió adelante con su sueño y con el paso del tiempo logró el apoyo incondicional de su madre, quien siempre amó verlo bailar.
Luiz ha sido víctima de algunos comentarios homofóbicos o denigrantes de parte de gente que no forma parte del ámbito artístico, que no entiende el arte que practica o por qué lo hace. Estos comentarios han aparecido mayormente en sus redes sociales, como Facebook e Instagram, lo cual hace que le sea más fácil ignorarlos y seguir trabajando tranquilamente. Pese a las dificultades, Luiz ha despertado admiración entre sus colegas en el mundo de la danza peruana gracias a la gran técnica que ha pulido y dominado con el paso de los años.
Tras la cuarentena establecida por el gobierno para lidiar con la pandemia del COVID-19 en el país, Luiz y otros profesores de baile se vieron obligados a cambiar su método de enseñanza para adaptarlo a la virtualidad y así seguir trabajando en lo que aman. “Creo que adaptarme a lo virtual fue demasiado complicado. Al comienzo era como si hablara con una pantalla y no recibía toda la energía que siempre está en un salón de clases”.
Luiz menciona que fue todo un reto debido a las fallas de la señal y la velocidad del internet. Otro problema radicó en la dificultad de encontrar un espacio lo suficientemente amplio para dictar clases. Sin embargo, esta modalidad le permitió seguir enseñando y ver a sus alumnas que querían continuar su entrenamiento y aprendizaje durante la pandemia. Añade que una de las ventajas era que las clases podían ser asincrónicas: si no podían entrar en ese momento, podían ver el video y aprender la coreografía después, hecho que no sucedía con las clases presenciales.
Ahora los salones de baile solo pueden abrir con la mitad del aforo. Luiz aprovechó para volver a las aulas aunque sea difícil dictar en un salón amplio con una mascarilla que disminuye el volumen de su voz. Actualmente se encuentra dictando clases en diferentes salones de baile: Timba School en Magdalena, Duncan Dance Company en Breña, Coworking Dance Studio en Lince y Betesda Studio en San Juan de Lurigancho. Además, toda la información sobre sus clases presenciales y virtuales se encuentra en su página de Instagram @luizccanto o en las páginas de las compañías de baile donde enseña.
Dado que la pandemia continúa, es consciente de que no puede cobrar por clase como era usual, a pesar de que las salas siguen subiendo sus tarifas de alquiler y del nuevo límite de alumnos. “Son muchas las dificultades durante las clases, pero los profesores tratamos de adaptarnos y que la gente se sienta como si no pasara nada”. Luiz trata de mantener los ánimos altos, no solo para él, sino también para sus alumnas. Busca que ellas lleven toda su energía, su emoción y sus ganas a clases.