Con un registro vocal capaz de “pegar extraordinarios picos”, enérgica y extrovertida, Sofía con Z es una cantante que ya representa a los peruanos en el extranjero. Posee una amplia experiencia en el ámbito musical criollo. Fue corista de Eva Ayllón durante 19 años y deslumbró en el programa-concurso Yo Soy. Ahora es una de las vocalistas de la agrupación Cosa Nuestra y pro“Yo soy Batman, el que viaja por los cielos de Lima. Intrigante mestizo de Valdivieso city”. Así empieza el poema Lima Gótica del artista plástico y poeta Miguel Lescano, cuya obra está influenciada por la presencia de la ciudad que contempla detenidamente como un ave (o un murciélago) en pleno vuelo. Sus obras, enmarcadas en un lenguaje contestatario y urbano, toman elementos del pop art, del cómic y el graffiti para crear una realidad abstracta, potente y sobre todo colorida de la urbe, a través de la cual ofrece una mirada crítica e irónica respecto a la fragilidad y transformación de la sociedad limeña actual. Ahora, tras 35 años de trabajo ininterrumpido y en medio de una pandemia mundial, Lescano continúa escribiendo, pintando y haciendo serigrafías como parte de su proyecto Reflexiones estéticas de emergencia y bursátiles medidas para sobrevivir en una ciudad tercermundista.
fesora de canto en el programa Una y Mil Voces. A fines de abril viajó a Washington para protagonizar una obra teatral: ‘Hay jarana en el callejón’. Con ustedes, la corista que un día se adueñó del escenario.
Por: Maria Fernanda González Labbé
Portada: Archivo personal
A sus 57 años, Lescano continúa marcado por una infancia alejada de la luz solar y de las calles. Sufre de alergia al calor y desde niño tenía prohibido caminar bajo el sol. Aprendió a inventar juegos, dibujaba sus sueños y escribía crónicas en una libreta para narrarlas a sus amigos y así comunicar cosas de un niño inconforme con la vida que creaba nuevos mundos. Su actividad creadora fue creciendo cada vez más y la ilusión de leer los poemas de amor de Pablo Neruda y Gustavo Adolfo Bécquer lo colmaba y lo formaba como un poeta romántico que, a sus cortos 15 años, había escrito su primer libro de poesía.
Sin embargo, los devenires de una ciudad y un país que gritaba de dolor en medio de la ola de violencia en los años ochenta golpearon el alma de Lescano, llenaron de miedo su existencia y lo impulsaron a ponerle un fin simbólico a todo lo que sucedía. A través de su obra y en una crisis juvenil que buscaba sosiego en el arte, denunció al sistema y el atropello social que presenciaba. En este contexto nació el conjunto de poemas Lima sobre Lima y empezó a circular en forma de fanzine por calles y bares de la ciudad, el cual era leído junto al ruido ensordecedor de los subtes.
Lima I
Exactas sombras en encuentros
rodean las urbes sucias
y metrallas lejanas matan el silencio.
Las noches de Lima asustan las vivencias
la entelequia es enterrada en tumbas clandestinas
mientras las risas hipócritas son detenidas por un apagón.
Sacudan pues, el polvo de la cara
¡Oh Lima, no te ahogues, no asustes, no hieras!
prolonguen un minuto más la vida.
Primer poema del libro Lima sobre Lima (1985)
Nacido en Lima en 1963, Lescano ha sido altamente influenciado por la transformación de su ciudad de origen y ha buscado plasmar a través de símbolos sus experiencias y reflexiones de vida en torno a una Lima que, en sus palabras, es un lugar perfecto. Es así que, muchos años después, en 2007, empezó a pensar en Lima como la Ciudad Gótica, el hogar del personaje ficticio de DC Comics, Batman. El parecido simbólico entre ambas es que son ciudades oscuras, peligrosas, y de políticos corruptos pero a la vez son magníficas, misteriosas y alucinantes. “Me pregunté: ¿por qué yo no podía ser como Batman? Entonces, me convertí en un anti Batman, en un ser misterioso y melancólico que caminaba por las calles de Lima”, narra Lescano en medio de su intento de explicar cómo su propuesta artística intenta subrayar su incesante apuesta por la vida, su necesidad de redimirse y de salvar a la ciudad.
Lima Gótica
(…)
Yo soy Batman
El que se oculta en historietas
En esquinas borrosas de esta Lima gastada
El que ama las canciones del jirón Kilka
Soy Batman
El que cree en la justicia
Aunque solo sea una ficción más
(…)
La poesía y lo visual son cómplices de aventuras
Consciente de la transformación por la que ha pasado su obra, Lescano regresa a su adolescencia y recuerda cuando destrozó su primer libro de poemas. Una amiga que estudiaba letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos le dijo que su escritura era pésima y que no tenía futuro. Quedó devastado. Aún extraña su primer libro hecho a mano y escrito a pulso, desea no haberlo botado.
Este acontecimiento lo marcó, pero no lo detuvo. Estudió en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta entre los años 1982 y 1988. Empezó la carrera de Educación artística y luego decidió seguir la carrera de Literatura. Desde sus primeros escritos y dibujos, ha intentado crear una relación entre ambas actividades que, en sus palabras, forman parte de un todo. Lo visual no puede separarse de la poesía.
Su forma de vivir y de mirar el arte cambió luego de que la poeta, Carmen Ollé, le enseñara el curso de Literatura Contemporánea. Gracias a ella inició una búsqueda “demencial” en relación al movimiento dadaísta, corriente que cambió la historia del arte y la poesía a inicios del siglo XX. Sumergido en la investigación y con una fuerte intención de desafiar al arte y poesía hasta entonces conocida, leer sobre el dadaísmo alimentó la locura y frenesí de un joven que, en palabras de Lescano, era un “muchacho inconformista de barrio”. Junto a sus lecturas sobre el dadaísmo y surrealismo, el otro aspecto que cambió su perspectiva y manera de ver la vida fue la violencia social y política en el país de los años ochenta.
Esta euforia y constante miedo ocasionado por las bombas que explotaban en las calles, llevaron a Lescano a refugiarse en los bares del jirón Quilca. Aquí se encontraba con otros poetas, músicos y grupos de jóvenes para vociferar poesía y música entre gritos de disconformidad. Esto alimentó el lenguaje contestatario, rebelde y urbano que continúa presente en la obra de Lescano para enfrentarse a nuestra desorbitada y a veces temible cotidianidad.
Ser parte de una ciudad que gritaba puede motivar a uno a quejarse, escribir y manifestarse. Esto hizo Lescano a través de una constante experimentación y el uso de expresionismo abstracto, el cómic, la poesía, el pop art y la performance para capturar con fuerza la densidad antagónica de la vida peruana y sobre todo, limeña.
En un eterno encierro de pandemia
“He vivido toda mi vida en Valdivieso City, como le suelo decir al Cono Norte de Lima”, afirma Lescano con un tono nostálgico. Para él, un artista es un creador que no acepta lo que le sucede a su alrededor. Por esta razón vive en un mundo inverosímil y en soledad, en un eterno encierro de pandemia.
Esto lo regresa a su niñez alejada de las calles y sin posibilidad de disfrutar bajo el sol. Sus creaciones visuales y literarias empezaron en el mundo que creó en medio de una soledad motivada por el encierro.
Ahora, 35 años después, se vuelve a encontrar en un espacio limitado para crear su arte. Limitado físicamente en medio de una pandemia mundial, pero no impedido de crear sus piezas visuales y escritas. “La pandemia es una locura, he trabajado sin parar”, cuenta Lescano al hablar de Reflexiones estéticas de emergencia y bursátiles medidas para sobrevivir en una ciudad tercermundista, su nuevo proyecto creado a partir de lo encontrado en su taller: desechos, pedazos de cartones y pinturas recicladas. Su colorida y abundante obra destaca el vitalismo a pinceladas gruesas que seguramente será reflejado en las obras que reunirá este nuevo proyecto.
Sombra sobre sombra
(…)
Virginia Benavides me enseñó a ser más rápido (precavido) que Batman.
Y no morir en el intento de salvar un país corrupto.
Perú con políticos de turno que se roban todo.
Benavides escribe: “Desvió mi trayectoria de bala en pistola de juguete” (16).
¿Un juego de vida o perfecta muerte invisible?
¿Evasión irónica de políticas mal hechas?
(…)
Fragmento del poema Sombra sobre sombra (2020)
“¿Eres la chica a la que le gustaban los grabados de Batman, no?”, me respondió Lescano al contactarme con él para esta entrevista. A finales del año 2017 me encontré un fragmento del poema Lima IX pintado en una pared de una casona barranquina. Tras buscar incesantemente quién había escrito el verso “Caminar por Lima de noche está prohibido, los calcetines están rotos de tanto correr. Muerte. Muerte. Muerte”, encontré finalmente a Miguel Lescano. Quedé impresionada con su obra y me atreví a escribirle un correo para mostrarle mi fascinación. Para mi sorpresa, me invitó a su taller para conocer cómo y dónde realizaba sus obras. Fui con una buena amiga y tras una larga conversación sobre nuestras motivaciones detrás de algunos sucesos en nuestras vidas, me obsequió un ejemplar de Lima sobre Lima. Ahora, más de dos años después, nos reencontramos detrás de una pantalla y antes de finalizar nuestro encuentro se despidió así: “Prometo regalarte un grabado de Batman después de la pandemia. Promesa de antihéroe”.