Conoce el proyecto periodístico de Diana Bueno, Isabel Jave, Andrea Mego y Jhorman Zavala. «Plátanos y Papayas» se ha propuesto romper tabúes y poner al descubierto los mitos que se construyen alrededor de la sexualidad.
Por: Daniel Contreras
Proyecto de Periodismo es el último curso que todo estudiante de la especialidad debe llevar antes de graduarse en la PUCP. Consiste en aplicar todo lo aprendido en los cursos teóricos y procedimentales de la carrera para crear un medio de comunicación digital que ofrezca contenido relevante y original. Ese es el reto, el objetivo. Y eso es lo que ha logrado «Plátanos y Papayas», la web sobre sexualidad y diversidad de género creada el semestre pasado por los estudiantes de último ciclo: Diana Bueno, Isabel Jave, Andrea Mego y Jhorman Zavala.
El contenido de «Plátanos y Papayas» se caracteriza por su desenfado y su mirada libre de prejuicios. En su página web uno puede encontrar piezas informativas sobre salud sexual, como la que presenta los métodos de protección que existen para el sexo lésbico, pero también crónicas sobre temas tan interesantes como el poliamor, ese estilo de vida que plantea que es posible amar a más de una persona a la vez. Todo sin perder de vista el formato transmedia de la página, pues la información está condensada en notas escritas, vídeos, podcasts, e incluso uno que otro quiz a lo Buzzfeed.
La temática del medio responde a la necesidad de cubrir un vacío informativo, pero también a la afinidad de los integrantes del grupo. “Primero descubrimos que los cuatro estábamos interesados en este enfoque”, explica Isabel Jave. Todos habían realizado previamente trabajos periodísticos sobre temas de género o sexualidad. Quizá eso hizo más fácil que se avance rápido en el diseño del proyecto, en su misión y propuesta editorial. “Desde un inicio tuvimos claro qué es lo que queríamos hacer”, añade Diana Bueno, cuando le preguntamos por las ventajas y limitaciones de crear un medio con un equipo de solo cuatro integrantes.
Isabel reconoce desventajas, pero valora sobre todo los beneficios. “Implica menos personas con las que debatir un tema, podemos ponernos de acuerdo más fácilmente, pero también tenemos más responsabilidades”, afirma. “Recuerdo que desde las primeras semanas nos asignamos una comisión para cada uno”, agrega Diana. Y aunque en teoría cada uno de los miembros del grupo tiene un cargo específico, hasta hace poco todos hacían multitasking.
El propósito de «Plátanos y Papayas»
Para Isabel el periodismo también puede tener un lado activista. En su concepto, periodismo y compromiso no son excluyentes. Por eso cree que «Plátanos y Papayas» hace un “periodismo de servicio”, dado que “no sólo informa, sino que trata de contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa, con igualdad de derechos y oportunidades”.
Ella explica que, de acuerdo a los expertos que han consultado, uno de los objetivos más importantes para reducir los índices de pobreza en el país es la disminución de la tasa de embarazos adolescentes, tendencia que en el Perú continúa en aumento. La ausencia de educación sexual en el hogar y en la escuela y la escasa información periodística sobre el tema son factores que impiden diminuir o frenar este y otros indicadores. “No hemos encontrado un medio de comunicación que te hable sobre sexo en el Perú. Por eso creamos uno y lo que estamos buscando es que la gente acceda por fin a contenidos sobre sexualidad”, precisa Isabel.
A Diana la motivaba desarrollar los temas que son soslayados por los medios locales, como el placer sexual femenino o la sexualidad dentro de la comunidad LGTB. “Toda la información que usualmente nos brindan sobre salud sexual está dirigida sobre todo a la comunidad heterosexual”, se lamenta.
A las chicas de «Plátanos y Papayas» no les falta ambición. Llenar este nicho temático, hasta ahora vacío en la prensa nacional, representa para ellas una oportunidad de desarrollo profesional. “Apuntamos a ser un referente en temas de sexualidad para otros medios”, se proyecta Diana.
Una mirada horizontal y cercana al público
En la página de inicio de la web queda claro qué los distingue de otros medios. El proyecto es presentado “como un compañero en el aprendizaje, no busca imponer, tiene sentido del humor y siempre habla en el ‘idioma’ de su público”.
El público objetivo de la página está compuesto por jóvenes que recién están iniciando su vida sexual, y aún tienen muchas preguntas sin respuesta sobre el tema. Por eso los vídeos suelen estar divididos en dos partes: una primera mitad que consiste en recoger las dudas del público, y una segunda dedicada a resolver estas dudas con un especialista. De este modo la audiencia puede sacar sus propias conclusiones.
Para reforzar la marca de «Plátanos y Papayas» como un medio amigo de su público, las redactoras apelan a un lenguaje cargado de humor, picardía y doble sentido. Una de las últimas notas publicadas en la página trata sobre la entrega de 100 mil condones para atletas en ocasión de los recientes Juegos Panamericanos. «Si también quieres lograr tu medalla de oro en ‘hacer sonar la cama’ ¡Usa preservativo! Evita enfermedades y embarazos no deseados», se lee en el texto.
“Nosotros tenemos familiares de quince o dieciséis años que quieren saber del tema. Si tú les hablas como en la sección ‘Salud’ de RPP, ¿de verdad nos leerían?”, se cuestiona Diana. Es por eso que Isabel cree que el lenguaje coloquial es necesario para que los lectores comprendan temas que suelen estar plagados de tecnicismos. “La forma como habla un médico no es la forma como habla el común de la gente”, sostiene.
Siguiendo esa línea, las chicas han experimentado con el meme como herramienta comunicacional en Facebook. En una publicación la figura de Eliane Karp y su ya clásico “I don’t speak spanish” fue utilizada para destacar la importancia del consentimiento sexual. También han utilizado el formato del ‘audiolibro’ de una forma innovadora: en uno de sus podcasts, la sexológa Sandra Campó lee un pasaje de su libro, ‘Hoy tengo ganas de mí: 7 historias de masturbación femenina’.
Como recalca Diana, si bien buscan ser amenos y divertidos, no descuidan la veracidad y la exactitud periodística. Una de sus secciones, ‘Salud sexual’, está destinada a que los jóvenes tomen conciencia sobre temas como el uso de anticonceptivos o que los adultos sepan qué es la disfunción eréctil y qué deben hacer para reanudar su vida sexual. Para ello, «Plátanos y Papayas» siempre recurre a la opinión científica de al menos dos expertos en un tema específico. “Si el especialista nos corrige y nos dice ‘no, esto no es así, es así’, entonces seguimos lo que nos indica”, precisa Isabel.
Ataques de sectores conservadores
Por hablar de sexualidad y género, los han llamado ‘lacra de depravados’, ´porno marxistas’, e, incluso, los han acusado de estar financiados por el gobierno de Vizcarra. “Hay mucha violencia, nos han insultado por hablar de la masturbación”, refiere Isabel. Su posición al respecto es clara. “Una persona no puede escudarse en su libertad de expresión para llamarnos «prostitutas», y pretender que luego no podemos censurarla”, afirma.
En su rol de community manager de la página de Facebook, Diana ha identificado a grupos de usuarios que, sin seguir la página, dejan comentarios negativos cuando se hacen publicaciones sobre ciertos temas, como por ejemplo, el primer matrimonio homosexual en Ecuador.
La cancelación del taller ‘Conquista tu papaya’
El 27 de junio, «Plátanos y Papayas» recibió una noticia inesperada. Su taller sobre masturbación femenina, ‘Conquista tu papaya’, no pudo realizarse en un salón del Pabellón Z en la PUCP. El taller llevaba semanas de difusión en redes sociales, pero el día en que se iba a desarrollar representantes de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación y de la Especialidad de Periodismo les comunicaron que no lo podrían realizar en el recinto universitario debido a que no estaban acuerdo con la gráfica que promocionaba el evento. Para las autoridades, la manera como el evento estaba siendo promovido no hacía explícito su carácter académico y había generado una «controversia en redes sociales que dañaba la imagen de la Facultad». Las integrantes de «Plátanos y Papayas» se reunieron con los docentes responsables y les trasmitieron su malestar por la decisión tomada. Finalmente, a pesar de los contratiempos, el taller se realizó en un local externo.
Aquel incidente supuso una desazón para el grupo, pero Diana e Isabel rescatan varias cosas positivas de ese impase, como el apoyo que les brindaron sus respectivas familias en ese momento. “Yo le conté a mi mamá y ella me dijo: ‘Pero por qué no me contaste antes, hubiese ido yo también’. Cuando se comenzó a hablar de nuestra página, mi papá me dijo: ‘Mira lo que estás logrando’, él estaba orgulloso de mí”, cuenta Diana. En el caso de Isabel, ella recuerda que su madrina, que es obstetra, la felicitó por hacer un trabajo que nadie está haciendo. “Me dijo que ni siquiera en el Minsa han contratado comunicadores para que hagan esa tarea”, menciona.
El desencuentro con las autoridades de la Facultad se resolvió, finalmente, en otras dos reuniones en las que se dialogó con altura, se ventilaron discrepancias y se hizo un esfuerzo mutuo por entender las posturas tomadas por estudiantes y autoridades. Estos espacios también sirvieron para aclarar rumores sin sustento y expresar, de parte de la Facultad, el reconocimiento a la calidad periodística del proyecto desarrollado por Isabel, Diana, Andrea y Jhorman.
El futuro de los «Plátanos y Papayas»
«Plátanos y Papayas» sigue adelante. La página solo ha seguido cosechando likes y más seguidores tanto en Lima como en otras regiones del país. En el futuro, a Isabel le gustaría tocar temas como la sexualidad en personas con discapacidad. “De eso no se habla absolutamente nada”, señala.
Más allá de las expresiones de rechazo que reciben de personas poco tolerantes, Diana está feliz con el proyecto. “Hay mucha gente que nos escribe y nos dice: ‘Me encanta tu página, todo lo que escriben, cómo comunican”, refiere mientras su rostro se ilumina con una sonrisa. Ella siente que ha sido la mejor forma de culminar su formación universitaria. “Con este curso l@s cuatro acabamos la carrera. Siento que la hemos terminado con broche de oro”.