Recibir una reanimación cardiopulmonar (RCP) puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para una persona que sufre un paro cardiorrespiratorio. En la siguiente nota, Carlos Malpica, director ejecutivo del Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU), explica cuáles son los pasos de una RCP y por qué es importante que aprendamos cómo aplicarlos.
Por: José Cayetano
Portada: AARP
Pocos segundos antes del fin de la primera mitad del partido entre Dinamarca y Finlandia por la Eurocopa, repentinamente, Christian Eriksen, centrocampista danés, se desvaneció sobre el césped del estadio Parken de Copenhague ante la atónita mirada de los jugadores de ambas selecciones y los 15.900 hinchas que asistieron a aquel encuentro el sábado 12 de junio. Rápidamente, el cuerpo médico presente en el estadio ingresó a la cancha y realizó una reanimación cardiopulmonar (RCP).
“Estaba respirando y yo podía sentir su pulso, pero de pronto algo cambió. No hubo más latidos. Christian sufrió un paro cardiaco. Como todos vieron, comenzamos a darle RCP”, declaró a la prensa Morten Boesen, médico de la selección danesa. Minutos después, Eriksen, ya consciente, fue retirado en camilla a una clínica de Copenhague.
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¿Qué es la RCP, que salvó la vida del jugador de Dinamarca?
Según el doctor Carlos Malpica, director ejecutivo del SAMU, la reanimación cardiopulmonar (RCP) consiste en realizar una secuencia de maniobras que buscan restablecer la función cardiaca luego de que una persona ha sufrido un paro cardiorrespiratorio, es decir, cuando su corazón se detiene repentinamente y no respira.
También señala que existen tres signos para verificar que una persona inconsciente ha sufrido o no un paro cardiorrespiratorio: si tose, respira o se mueve. Si no sucede ninguna de las tres, el paciente es víctima de lo que se denomina “muerte súbita”.
Malpica indica que la secuencia de realización de la RCP sigue un conjunto de pasos.
1. Comprobar el estado de conciencia del paciente. Implica dar dos sacudidas en el hombro a la persona y preguntarle en voz alta: “¿Cómo te encuentras?, ¿puedes oírme?”. Si no reacciona, inmediatamente debe verificarse su pulso y respiración. Si ambos se encuentran detenidos, es necesario llamar a un número de emergencia para notificar que una persona está inconsciente y se desconoce si ha sufrido un paro cardiaco. Los principales números para pedir asistencia ante una emergencia son el 106, del SAMU; el 116, de la Central de Bomberos; y el 117, de EsSalud.
2. Verificar que el entorno donde se encuentra la persona inconsciente es seguro. Por ejemplo, que no haya vidrios, vehículos en movimiento o cables eléctricos alrededor. Si la víctima está en una zona insegura, debe ser movilizada a otro espacio para que ella y el reanimador no estén expuestas a otros peligros. Este último deberá colocarse de rodillas al lado de la víctima.
3. Recostar a la persona y levantar ligeramente su cabeza hacia atrás para darle una respiración de emergencia, es decir, respiración boca a boca, apretando sus fosas nasales. A continuación, debe observarse si su pecho se eleva o no. Luego se le da otra respiración de emergencia.
4. Descubrir el tórax del paciente, colocar la palma de una mano sobre el esternón y la otra encima, y realizar 30 compresiones. Deben realizarse con los brazos extendidos; los codos no deben flexionarse. El tórax tiene que deprimirse por lo menos 5 centímetros para asegurar una buena compresión.
El ciclo de reanimación más eficiente es el 30×2: 30 compresiones torácicas y 2 respiraciones. En tres minutos, debe realizarse cinco ciclos. Después, se evalúa si el paciente tiene circulación de sangre o no, colocando dos dedos sobre la arteria carótida en el cuello. Es preferible que más de una persona realice las compresiones, porque es un ejercicio agotador.
En el caso de adultos, se recomienda empezar la RCP con las compresiones y luego las respiraciones boca a boca. En el caso de menores de ocho años, se inicia con hasta cuatro respiraciones boca a boca seguidas y luego con las contracciones. La causa principal de un paro cardiaco en niños tiene un origen respiratorio. Por ejemplo, debido a una infección o atragantamiento.
Mediante las compresiones torácicas y ventilación boca a boca, se busca asegurar el transporte de oxígeno a las células, sobre todo a aquellas que se encuentran en el encéfalo, ya que exige un alto flujo continuo de oxígeno y sangre para funcionar adecuadamente.
Es importante empezar la RCP de inmediato, ya que, conforme pasen los minutos luego del paro cardiaco, el daño cerebral y riesgo de muerte irreversible aumentan, más aún si la víctima ha perdido mucha sangre o algunos de sus órganos han sido dañados.
“Si la persona inconsciente no recibe atención de emergencia en un lapso de diez minutos, es altamente probable que fallezca”, asevera el doctor Malpica.
Debido a la pandemia del Covid-19, los protocolos de RCP han cambiado para evitar contagios, precisa el director ejecutivo del SAMU.
“Si usted encuentra a una persona desconocida en estado de inconsciencia, no se recomienda realizar respiración boca a boca. Está aceptado solo realizar compresiones torácicas. Asimismo, tampoco se recomienda pegar la mejilla al rostro de la persona para verificar si esta respira o no. Cuando llegue la ambulancia o el personal médico especializado, ellos se encargarán del manejo de las vías respiratorias del paciente”. El reanimador deberá usar mascarilla durante toda la RCP.
No obstante, si un familiar que no está contagiado de coronavirus sufre un paro cardiaco en el hogar, sí se recomienda realizar respiración boca a boca.
La descarga salvadora
El doctor Carlos Malpica resalta la importancia de un desfibrilador externo automático (DEA). El DEA es un equipo que analiza la frecuencia cardiaca de una persona que sufre un paro cardiaco. De esta manera determina si es necesaria o no una descarga eléctrica al corazón para devolver el ritmo cardiaco normal. Hasta que no se cuente con un DEA, se debe continuar con la secuencia de compresiones y respiraciones.
El 26 de junio del 2003, las selecciones de fútbol de Camerún y Colombia se enfrentaron por las semifinales de la Copa Confederaciones. Marc-Vivien Foé, centrocampista camerunés, se desplomó sobre el césped del Estadio Gerland de Lyon en el minuto 78 del partido. Sufrió un paro cardiaco causado por una hipertrofia en el ventrículo izquierdo del corazón. Foé murió 52 minutos después.
Desde entonces, la FIFA creó un protocolo médico con una serie de medidas para evitar una tragedia similar. Una de ellas es que haya un DEA en cada cancha donde se dispute un partido de fútbol, así como en los espacios de entrenamiento.
Todas las ambulancias y vehículos del Minsa, EsSalud y del Cuerpo General de Bomberos cuentan con un DEA, monitor desfibrilador y ventilador mecánico, y trasladan a un médico especialista en emergencias.
Mientras se espera la llegada de atención especializada, el SAMU (que pertenece al Minsa) ofrece orientación por teléfono para comprobar si la persona está o no frente a una víctima de un paro cardiorrespiratorio. Así también, indica los pasos para realizar la RCP.
Malpica resalta la importancia de que en el Perú existan ciudades e instituciones cardioseguras. Esto implica que en ese espacio se cuente con los recursos necesarios para dar una respuesta rápida ante un paro cardiaco: un DEA cerca y personal entrenado que brinde RCP a una persona inconsciente en menos de cuatro minutos luego de ocurrida la emergencia.
Aprendizaje que salva vidas
Carlos Malpica enfatiza la importancia de que toda persona, no solo los médicos, aprenda cuáles son los pasos de una RCP. “Así como sabemos cómo funciona un celular o una computadora, también debemos conocer cómo funciona nuestro cuerpo y poder identificar una emergencia, reconocer a una persona inconsciente o que sufre un paro cardíaco, un infarto cerebral, etc. Es importante saber cuáles son las acciones de urgencia que deben hacerse en estos casos”.
El doctor apunta que para aprender a realizar una RCP no basta con la parte teórica. Es importante practicar los pasos de reanimación con maniquíes de entrenamiento.
Las guías actuales de la American Heart Association (AHA) recomiendan que toda persona debe hacer un entrenamiento de RCP cada seis meses. De lo contrario, podría realizar malas maniobras al momento de una emergencia.
Actualmente, en nuestro país, algunas instituciones privadas acreditadas por la AHA dictan cursos de RCP de manera semipresencial, dado que es necesaria la parte práctica.
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Una historia de corazón
“Un día de verano del 2001, me encontraba en una ambulancia en la residencial San Felipe. Un chico que lavaba carros avisó que una persona estaba inconsciente afuera de un edificio. Cuando llegué al lugar, observé a un hombre obeso y de cuello corto que tenía aproximadamente 50 años. Inmediatamente, comprobé que no tenía pulso, por lo que realicé una RCP avanzada con los aparatos de la ambulancia. Primero, hice masajes para oxigenar la vía respiratoria y utilicé un monitor desfibrilador. De esta manera, logré que el paciente tenga pulso artificial. Sin embargo, la luz del sol no me permitía ver lo que indicaba la pantalla del monitor desfibrilador. No tenía certeza de la fiabilidad del proceso. Llegó una unidad de emergencia de los bomberos para llevar a la persona a la clínica San Felipe. La subimos a la camilla y yo fui dentro de este vehículo. Continué realizando compresiones al paciente, porque no recuperaba pulso espontáneo. Cuando llegamos a la clínica, fue trasladado a la unidad de Shock Trauma. Después de treinta minutos de maniobras de desfibrilación, el corazón del paciente empezó a latir por sí solo. Sin embargo, no respiraba espontáneamente. Fue intubado para recibir ventilación asistida gracias a un ventilador mecánico. Al día siguiente, la persona había recuperado sus funciones vitales y permanecía en un cuarto. El doctor Jorge Reyna me recomendó que visite al paciente, porque este tenía muchas dudas acerca de lo que había sucedido. Entonces, fui a la clínica para hablar con la persona. Le expliqué lo que ocurrió y todo lo que hice para reanimarlo. La alegría por ver consciente a una persona que has reanimado es una de las cosas más satisfactorias que se puede tener”, confiesa emocionado el doctor Carlos Malpica.