Renato Tapia: “El 70% de mi éxito es motivación familiar y el resto preparación física”

El mediocampista peruano del Celta de Vigo de la primera división de España atraviesa su mejor momento y revela las claves de su éxito en Europa. Esta nota incluye el testimonio en primera persona de la estudiante de Periodismo PUCP Andrea Cordero, su esposa. 

Por: Andrea Cordero y Gino Obregón
Portada: AFP


“Después del Sudamericano sub-17, que se realizó el 2011 en Ecuador, salió una prueba del Liverpool FC donde no me aceptaron. Surgieron varias pruebas más, pero no fui a todas. Creo que lo mejor habría sido hacerlo para ver cuál era mi nivel. Tiempo después, me fichó el Twente de Países Bajos, donde fui acogido por un señor neerlandés y luego una señora colombiana”, cuenta Renato Tapia. Así empezó el volante peruano su travesía por el Viejo Continente en la ciudad de Enschede desde la temporada 2013-2014.  

Cuando Renato llegó a Países Bajos era muy joven. A los 16 años, yo estaba pensando en las fiestas del fin de semana, pero a él le tocaba pensar en su carrera. Debía estar siempre preparado, siempre a prueba. Yo llegué cuando él tenía 18. Pude darme cuenta de todas las responsabilidades que había asumido y de lo adaptado que estaba a una cultura sumamente distinta. 

Al llegar a Enschede, no teníamos televisión, así que vimos la semifinal del Mundial Brasil 2014 desde su celular, mientras escuchábamos en la calle el aliento neerlandés. Renato me dijo que me prepare porque íbamos a ir a Rusia 2018. Me reí y le pedí que sea un poco más realista. Estoy segura de que lo aprendido y las metas trazadas durante esos años es lo que hoy le dan solidez a su carrera deportiva. 

El ‘Capitán del futuro’ tuvo que aprender a vivir en soledad. Sin nadie alrededor, decidido a aprender y desarrollarse por sí mismo, su nivel de madurez se elevó y lo guió a paso firme para permanecer en Europa. Cuatro años más tarde desde su arribo a Enschede, Renato ya tenía dominio del inglés y el holandés, factor que considera fundamental para su día a día allí.  

En su temporada de debut tuvo un buen rendimiento con 19 partidos jugados, 1 gol y un promedio de 72 minutos por partido bajo el mando de Jan Zoutman. En la siguiente temporada Renato fue promovido al primer equipo, donde fue dirigido por Alfred Schreuder. Pese a bajar su promedio de minutos por partido (68) consiguió anotar 5 goles en la Eredivisie.

Andrea lo acompañó en el estadio del SC Cambuur Leeuwarden cuando le tocó debutar en el fútbol profesional en el minuto 81. Ese mismo día, ella sintió una corazonada. Al poco tiempo me di cuenta de que estaba embarazada desde hacía un par de semanas. Siempre pienso que por eso fue un inicio de temporada tan especial para nosotros.

“Relacioné el embarazo y la bebé con todo lo bueno que me pasaba”, confiesa Renato, quien nunca consideró que tener una familia a esa edad iba a significar un obstáculo en su carrera, sino que siempre ha sido un sueño y una responsabilidad que deseaba asumir. Les atribuye gran parte de su éxito y dice que son su mayor motivación.

Al futbolista le afectó empezar la paternidad lejos de su núcleo familiar, pero el estar junto a Andrea, su mano derecha, fue de gran ayuda. “A los 19 años uno no sabe cómo criar a un hijo, pero aprendimos todo en el camino y hemos tomado, hasta el momento, las mejores decisiones”, afirma Tapia. Fueron años durísimos, aprendimos a ser padres mientras nos estábamos formando y entendimos lo que es ser migrante, pero siempre nos tuvimos.

En esta etapa llegó su primera convocatoria con la selección peruana de mayores. Ricardo Gareca lo llamó para unos amistosos previos a la Copa América 2015 y terminó debutando en Estados Unidos contra Venezuela, jugando los 90 minutos. Lo peor de aquellos años llegó cuando no pudo jugar dicho torneo, realizado en Chile, debido a una rotura del ligamento interno de la rodilla que sufrió en un partido del Twente. Esa lesión lo alejó de las canchas durante 91 días. “En su momento no pensé que la lesión fuera un problema para mi futuro en la selección. Era muy joven, sabía que obtendría más oportunidades si mostraba el nivel que ya tenía en Holanda. Confiaba en mí”, recuerda Tapia. 

Mientras Renato debutaba con la selección de mayores contra Venezuela en un amistoso del año 2015, Andrea Cordero se encontraba en casa con nueve meses de embarazo. Foto: Archivo personal.

Su buen rendimiento en la temporada 2015-16 en la primera división neerlandesa fue clave para que fuera fichado por el Feyenoord Rotterdam, un club histórico en Países Bajos. “No me lo esperaba. Había otras opciones, pero se decidió por ir a Feyenoord. No conocíamos la ciudad o el club. Fue un gran paso para mí y mi familia”, cuenta el jugador nacional.  

En esta temporada llegaron las convocatorias a la selección. Fue llamado para las primeras seis fechas de las eliminatorias rumbo a Rusia 2018, donde solo se perdió el primer partido por decisión del DT Ricardo Gareca. Antes de volver a Países Bajos, Renato Tapia llegó a Estados Unidos en junio de 2016 para jugar la Copa América Centenario, torneo en el que jugó todos los partidos como titular, excepto contra Brasil en fase de grupos. En esta etapa, tanto él como otros jugadores jóvenes como Edison Flores o Raúl Ruidiaz fueron capaces de demostrar que era posible competir con ellos en el campo.

De regreso a los Países Bajos, su performance en el Feyenoord no fue regular. Al mando del entrenador Giovanni van Bronckhorst, la continuidad que tanto esperaba nunca llegó. El ex jugador del Barcelona solo utilizó al futbolista peruano en 14 partidos, en los que promedió 45 minutos de juego y anotó un gol. Debido a la poca regularidad, solicitó jugar también con el equipo de reserva, donde fue dirigido por el ex goleador neerlandés Roy Makaay. Con este equipo disputó 5 partidos, participó en todos los minutos y anotó un tanto. “A pesar de la poca continuidad, fue enriquecedor. Me enseñó a ser paciente y a trabajar a pesar de todo, a siempre buscar y a recordar que mi oportunidad llegaría. Lo mejor fue que nunca me vine abajo”, reflexiona Tapia.

En la temporada 2017-18 contó con mayor protagonismo en el primer equipo, pero no por convicción sino por necesidad. Van Bronckhorst se quedó sin defensores centrales y tuvo que acomodar el 11 inicial con Tapia como central. Luego, cuando los lesionados fueron tomados en cuenta nuevamente, Renato volvió a la banca de suplentes y regresó a los juegos del equipo de reservas. Por otra parte, entre 2016 y 2018, Renato consiguió el titularato en la selección. Jugó 11 partidos, con un promedio de 85 minutos por partido y anotó por primera vez con camiseta peruana ante Ecuador en Lima. “Fue un sueño, un momento muy feliz. Recuerdo que el gol ecuatoriano fue de Gabriel Achillier, jugador al que me tocaba marcar, y fue reivindicador que pudiera anotar el gol de la victoria”, rememora Tapia. 

Fue pieza clave para clasificar al Mundial de Rusia después de 36 años, donde la selección mostró su mejor nivel en décadas. “Siempre confiamos en nosotros. Sabíamos que podíamos clasificar. Fue más emocionante lograr esa meta por repechaje, para todos era como el final soñado”. Sin embargo, el Mundial no fue la mejor experiencia, ya que si bien mostraron un buen nivel, fueron eliminados en la primera ronda. 

El volante de marca se perdió el duelo ante Francia (equipo que ganó dicho campeonato) por prevención ante un fuerte golpe en la cabeza que lo hizo perder la memoria en el partido anterior. “El Mundial nos dio muchas enseñanzas, sirvió para medir nuestro verdadero nivel deportivo. Tuvimos un grupo complicado y sabíamos que sería difícil pasar a octavos de final. Había mucha expectativa e ilusión, nos preparamos muy bien, pero no se dio. Fue un bonito recuerdo y tuvimos muchas lecciones”, confiesa. 

Rusia fue de esos sueños imposibles, fue esa promesa que me hizo cuando veíamos el Mundial desde su celular cuando no teníamos nada más que ilusiones. Ni el golpe en la cabeza, que lo dejó sin recuerdos del primer partido, nos quitó la esperanza. Los sueños con Perú siempre estarán. 

En invierno de 2019 no aguanté las lágrimas en De Kuip, estadio de Feyenoord, Renato no jugaba y cuestionaba incluso mi propio presente. ¿Qué hacíamos en un club donde no lo querían? Aunque quisiera, los campeonatos ganados por el equipo no fueron suficientes: yo quería verlo jugar, yo quería verlo feliz. Si él no estaba cumpliendo sus sueños y yo estaba ahí por él, entonces ¿por qué estábamos en Rotterdam? Ahora, un par de años después, recién lo vengo a entender y agradezco estos años que nos ayudaron a trabajar la paciencia y el nunca rendirse. 

En la temporada 2018-19, la situación ya no daba para más y Renato fue cedido al Willem II de la Eredivisie. Allí fue dirigido por Adrie Koster y encontró mayor regularidad, con 19 partidos jugados y un promedio de 85 minutos por partido. Finalizando esta temporada, Tapia se encontraba en un buen momento en la selección peruana, con la que llegó a la final de la Copa América después de 44 años. 

El fútbol siempre te da revanchas. Willem II Tilburg, un equipo muy humilde, llegó a la final de la Copa Holanda (KNVB BEKER). Feyenoord fue eliminado en semifinales. De esta manera, Renato jugó en la final de 2019 contra Ajax. Y, además, fue elegido mejor jugador del encuentro de visitante contra el Feyenoord en la Eredivisie.

Renato Tapia, cedido en las filas del Willem II, celebra una victoria de visitante frente al Feyenoord, club al que pertenecía. Foto: Willem II.

“El equipo afrontó expectante la Copa América en 2019. Si bien contra Brasil en grupos no salió de la mejor manera, mejoramos contra Uruguay. A partir de allí nos convencimos de que podíamos conseguir el título. El día de la final lo vivimos distinto, estuvimos todos en nuestros cuartos. Contra Nueva Zelanda estuvimos más unidos, mientras que en la final estábamos nerviosos, pero con esperanza de poder lograr el título. En general, muchas emociones mezcladas ese día. El torneo sirvió para demostrarnos a nosotros mismos que éramos de las mejores selecciones del continente”, sostiene Renato.

Por otra parte, llegaba el último año de contrato asegurado con Feyenoord, club con el que no se encontraba en una situación ideal. En la temporada 2019-20, Renato seguía con los problemas de continuidad. Si bien van Bronckhorst fue sustituido por Jaap Stam y con ello Tapia mejoró sus números (15 partidos jugados con 78 minutos por partido), en octubre de 2019 Stam fue destituido y reemplazado por Dick Advocaat, lo que provocó que sus números volvieran a bajar (9 partidos jugados y 33 minutos por partido de promedio). Renato decidió no renovar con el club neerlandés para llegar a Vigo, España. El Celta lo esperaba con los brazos abiertos. “Estuve 6 meses sabiendo del interés del Celta. Al inicio las condiciones no se daban, pero siempre quise ir al Celta. En general se tomó la decisión tomando en cuenta la familia, el entorno y el ascenso deportivo que significaba ir a España”, explica Renato.

Mudarnos a España fue una decisión sencilla: ya no quería vivir más en Países Bajos, había llegado la hora de cerrar un ciclo. Sin embargo, muchos nombres y caras se me venían a la mente, aquellas personas que nos dieron mucho más que una amistad, que estuvieron con nosotros muriéndose de frío en el estadio esperando a que Renato entre para verlo jugar.  La gratitud hacia ellos es infinita. 

Durante el confinamiento habíamos visto “Vivir sin permiso”, una serie española protagonizada por José Coronado, grabada íntegramente en Galicia. Desde ese momento me atrapó. Cuando llegué, una sensación de hogar y brisa marina me abrazó y me susurró al oído que llegaba un nuevo comienzo. 

Pese a las medidas impuestas por el gobierno español ante el Covid-19, el futbolista nacido en Lima se encuentra disfrutando, en la medida de lo posible, de sus días en Vigo. “La vida en España es una maravilla, no hay nada como despertar frente al mar y convivir con la naturaleza”, manifiesta el volante central, quien desde agosto de 2020 radica en Galicia. 

El 2020-21 inició con Oscar García, entrenador con el que Renato Tapia empezó a mejorar su nivel (9 partidos jugados y 81 minutos por partido) y cotización (de 2.4 millones a 10 millones de euros), pero García fue sustituido por Eduardo ‘Chacho’ Coudett. “Yo llegué con la meta de jugar sin importar el director técnico que estuviera, quería jugar y ayudar al equipo. El cambio de entrenador nunca desvió mis planes”, cuenta. Sin embargo, el reemplazo de García fue de lo mejor que le pasó al peruano. 

Con el ‘Chacho’ encontró el mejor nivel de su carrera a nivel clubes: 25 partidos jugados con 83 minutos por partido de promedio. “Los jugadores y miembros del cuerpo técnico del Celta son grandes personas, gente humilde, que me ayudó mucho. Estoy agradecido con el trato de todos en el club”, afirma Tapia. “Fue mi mejor temporada. Se juntó todo lo bueno: pude jugar, tuve buenas actuaciones, la familia se adaptó muy bien a la ciudad y la gente aquí fue muy amable. Tuve un gran año”, agrega.

La familia Tapia Cordero se reunió en las instalaciones celtistas para presenciar la premiación de Renato Tapia por ser el mejor jugador del equipo en la temporada 2020-21 del fútbol español. Foto: Archivo personal.

Con 25 años y valorado en 20 millones de euros, el actual jugador del Celta de Vigo es el peruano mejor cotizado de toda la historia del balompié nacional y de la plantilla celtista.  Además, es comparado con grandes jugadores gracias a la constancia, el aplomo y la fuerza, características propias de un jugador de primer nivel.

Hace unos meses, sentada en Balaídos, estadio del Real Club Celta de Vigo, pensaba en el camino. No me acuerdo de la última vez que estuve en un estadio, solo tengo la sensación de que no fueron momentos muy felices. Es lo paradójico del fútbol, hecho para entretener y dar alegría, pero nunca con los mismos resultados para todos los jugadores. Durante unos años, en el mismo ambiente, nos tocó verlo desde el banquillo. Hoy lo vemos desde la volante central, con Renato recibiendo el premio de mejor jugador de la temporada. 

Renato indica que desconoce la situación de otros futbolistas que llegan a Europa desde lejos, pero en su caso el 70% de su éxito lo atribuye a la motivación familiar que recibe y el 30% restante se debe a su preparación física. Nos agradece haber luchado a su lado en los momentos de mayor adversidad y nunca haber “bajado los brazos”. Haberlo alentado siempre a dar lo mejor de sí fue primordial, aun en el peor escenario. Hoy podemos ver el resultado de ese esfuerzo en los momentos difíciles que nos tocó enfrentar.

Este año jugó la Copa América en Brasil. Renato pensaba que debido a la pandemia dicho campeonato no debía realizarse. A pesar de todo, Perú consiguió llegar a semifinales y fue eliminado por Brasil. “La organización y los encierros fueron factores negativos, aunque también hubo cosas buenas como conseguir nuevos jugadores para la selección y recuperar el juego que teníamos en años anteriores”, apunta el mundialista peruano. 

Finalmente, el jugador habla de lo que se viene para el elenco nacional. “Veremos a una selección más madura y regular. Hemos vuelto al juego reconocible en el campo de antes. Daremos todo para recuperarnos en las Eliminatorias para llegar al Mundial”, agrega.

La temporada en España comienza el 15 agosto y el jugador del Celta de Vigo espera seguir aportando. Iniciar con pie derecho ante el campeón vigente, el Atlético de Madrid, es una meta a corto plazo, pero ve con pretensión los puestos de competición europea. “Quiero que al club le vaya bien y que la ciudad se sienta orgullosa de nuestro fútbol”, sentencia Renato Tapia.